Vive la Pascua Dominical en la Eucaristía Parroquial.
El Evangelio nos da un consejo muy concreto: “Guardaos de toda clase de codicia”. Vivir codiciando es vivir quemando etapas a ver si conseguimos aquello que no tenemos y entrar en la espiral del querer más y más. Y, al final, ¿para qué? La codicia busca la codicia. La vida acaba por anestesiarse con tanto deseo incontrolado. Lo que importa es amar.El Evangelio es camino de compartir y de pobreza. Por eso es liberador y alegra el corazón de las personas. No sabemos cuánto tiempo estaremos en este mundo, lo cierto es que el tiempo que sea es una oportunidad para amar y no dejar que se estropee nuestro corazón con el cúmulo del más y más que agota energías y estropea los más nobles sentimientos de generosidad y entrega.Ojalá aprendamos de las parábolas de Jesús. Él, buen maestro, sabe darnos las mejores lecciones que son las que transforman el corazón y huyen de la codicia destructora.
Fuente: Revista 21. Dibujo: Patxi Velasco FANO – Texto: Fernando Cordero, ss.cc.