El 24 de noviembre de 2013 el Papa Francisco promulgó la exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
«La Alegría del Evangelio». Impacto y significado.
Francisco pide recuperar el estilo de los primeros cristianos
El papa señala que el anuncio del Evangelio se encuentra en una nueva etapa misionera. Para afrontarla sugiere recuperar el estilo misionero de los primeros cristianos, que según apunta el pontífice, estaba profundamente marcado por la alegría.
Este es parte del mensaje que Francisco ha dirigido a los participantes en un congreso sobre la Evangelii Gaudium, el documento donde Francisco expuso su programa de pontificado. El congreso fue organizado con motivo de los 10 años de su publicación.
El papa ha sugerido en varias ocasiones que los cristianos de hoy se inspiren en sus predecesores de los primeros tiempos de la Iglesia. El pontífice destaca su alegría, su fraternidad y su atención a los más necesitados.
FRANCISCO
Aquí aparece el retrato de la Iglesia que mira a quien está en dificultad y no cierra los ojos, sabe mirar a la cara a la Humanidad para crear relaciones significativas, puentes de amistad y de solidaridad en lugar de barreras. Aparece el rostro de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos, que sabe tomar de la mano y acompañar para consolar, no para condenar. Jesús siempre, siempre tiende la mano. Siempre trata de consolar
La recuperación de un espíritu misionero en la Iglesia católica ha marcado el estilo de goberno del papa argentino en estos 10 años de pontificado. Quiso que la reforma de la curia estuviera orientada en ese sentido. Y en las últimas semanas ha insistido en la importancia de que los católicos de hoy dediquen tiempo a la oración y a los necesitados para recuperar el espíritu de los primeros cristianos.
Fuente: romereports.com – JRB
Claves de la Evangelii Gaudium, el revolucionario documento del Papa
El Papa Francisco nos regaló en 2013 la Exhortación Apostólica «La Alegría del Evangelio» (Evangelii Gaudium), que dio comienzo a una nueva etapa evangelizadora en la Iglesia. Leer aquí el documento completo.
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”.
Él mismo dice que es el programa de su pontificado. Francisco desafía a los católicos y les pide que propongan el Evangelio con la bondad de Jesús. El Papa pide una conversión sin miedo y predica con el ejemplo porque anticipa una “conversión del papado que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización”. Son dos de las claves de su exhortación apostólica “La Alegría del Evangelio” que califica como un “documento con consecuencias importantes”.
1- ACCIÓN. La revolución de Francisco no consiste en cambiar la doctrina cristiana sino cambiar el modo de mostrar el Cristianismo. Dice que hablar de Dios no consiste en “imponer obligaciones sino en compartir una alegría”.
2- CERCA DE TODAS LAS PERSONAS. El Papa muestra la humanidad de la Fe católica, que sobre todo “ofrece misericordia al pecador”. Por eso, invita a “buscar la felicidad de los demás como la busca un padre bueno” y a relacionarse con todos de “persona a persona”.
3- NO MIRAR PARA OTRO LADO. Francisco pide a los cristianos que “cooperen para resolver” los problemas de la sociedad y que no miren a otro lado. Cita entre otros, la “economía de la exclusión y de la desigualdad”, los “intereses de mercado convertidos en regla absoluta”, y nuevas esclavitudes como la prostitución, el trabajo infantil o la mendicidad.
4- MUJER. Francisco quiere “ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”, pero no a través del sacerdocio, que “es un servicio y no puede ser identificado con el poder”. También dice que no cambiará la doctrina del aborto, pero invita a preguntarse si se ha ayudado a las mujeres embarazadas que se encontraron solas y sin el apoyo necesario. El texto es largo y fresco. El Papa aborda muchos temas sin miedo porque “Jesucristo rompe los esquemas aburridos en los que pretendemos encerrarlo”. Un documento que muestra el programa del Papa Francisco para los católicos del siglo XXI.
Fuente: catholic.net
Francisco explica que escribió Evangelii Gaudium para «poner a los pobres en el centro»
El 24 de noviembre se cumplen diez años de esta primera exhortación apostólica del Papa con la que quiso «recuperar la alegría misionera de los primeros cristianos».
Con motivo de los diez años de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el Papa Francisco ha enviado en la mañana del 24 de noviembre un mensaje a un simposio organizado por el Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral explicando qué le inspiró para escribirla. «Me dirigí a los cristianos para invitarlos a una nueva etapa en el anuncio del Evangelio», explica. Su intención en aquel 2013 era proponerles «recuperar la alegría misionera de los primeros cristianos, llenos de coraje, incansables en el anuncio y capaces de una gran resistencia activa, aún en circunstancias que, desde luego, no eran favorables al anuncio del Evangelio, ni a la lucha por la justicia, ni a la defensa de la dignidad humana».
Francisco recuerda que los primeros cristianos «eran difamados, perseguidos, torturados, y asesinados». Y que sin embargo, «en vez de encerrarse», pusieron la semilla para «una Iglesia en salida, que sabía tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos». El Papa advierte de que «en nuestro tiempo también existen dificultades, menos explícitas pero tal vez más insidiosas». Y que, «al no ser tan visibles, operan como una anestesia o como el monóxido de carbono de las viejas estufas que mata silenciosamente». A su juicio, «en todos los momentos de la historia están presentes la debilidad humana, la búsqueda enfermiza de sí mismo, el egoísmo cómodo y, en definitiva, la concupiscencia que nos acecha a todos».
«Poner a los pobres en el centro»
En opinión del Papa, «el anuncio del Evangelio en el mundo actual sigue requiriendo de nosotros una resistencia profética contracultural ante el individualismo hedonista pagano». Y pone como ejemplo la de «los Padres de la Iglesia», quienes se opusieron «a un sistema que mata, excluye, destruye la dignidad humana». Francisco señala que esa mentalidad «aísla, aliena, clausura la vida interior a los propios intereses, nos aleja del prójimo y nos aleja de Dios».
«En Evangelii Gaudium quise mostrar con claridad que, llamados a tener “los mismos sentimientos de Jesucristo”, nuestra misión evangelizadora y nuestra vida cristiana no puede desentenderse de los pobres», recalca Francisco. «Todo el camino de nuestra redención está signado por los pobres», añade. Y recuerda que Jesús, que era hijo de «la Virgen Santa, una muchacha pobre de la periferia pérdida de un gran imperio», fue pobre y «nació en un establo entre animales y campesinos». Para Francisco es clave que «creció entre trabajadores y se ganó el pan con sus manos, que se rodeó de multitudes de desposeídos». Y destaca que «los puso en el centro de su corazón, les anunció la Buena Noticia primero, les prometió el Reino de los Cielos y nos envió a todos, discípulos misioneros, a darles de comer». Señala además que Jesús invitó «a defender su causa a punto tal de indicarnos con claridad que la misericordia hacia ellos es la llave del cielo».
«Es un mensaje tan claro, tan directo, tan simple y elocuente, que ninguna hermenéutica eclesial tiene derecho a relativizarlo», reivindica Francisco, quien advierte de que «acá se juega nuestra salvación». «Por eso, el Papa no puede dejar de poner a los pobres en el centro», se justifica, a lo que añade que esta apuesta «no es política, no es sociología, no es ideología» sino que «es pura y simplemente la exigencia del Evangelio». Aclara que perseguir este meta puede expresarse con muchas «derivaciones prácticas» en función de los contextos de cada uno, «pero de lo que nadie puede evadirse o excusarse es de la deuda de amor que tiene todo cristiano -y me atrevo a decir, todo ser humano- con los pobres»
El Papa está convencido de que «la Iglesia puede encontrar en los pobres el viento que avive la llama de un fervor menguante». «En el amor activo que les debemos a los pobres está el remedio para el gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo: una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada», receta el Papa.
Finalmente cita posteriormente algunos párrafos de su exhortación apostólica centrados en la creación de nuevas mentalidades y estructurases. En su opinión, «si no logramos este cambio (…) estamos condenados a ver cómo se profundiza la crisis climática, sanitaria, migratoria y muy particularmente la violencia y las guerras, poniendo en riesgo al conjunto de la familia humana, pobres y no pobres, integrados y excluidos, porque “estamos todos en el mismo barco y somos llamados a remar juntos”». Y concluye diciendo que «quien piensa que puede salvarse solo, en este mundo o en el otro, se equivoca».
Fuente: alfayomega.es – Rodrigo Moreno Quicios – 24 de Noviembre de 2023.
Fisichella: La Evangelii Gaudium sigue teniendo una fuerza propulsora
Hace 10 años, el 24 de noviembre de 2013, pocos meses después de su elección, el Papa Francisco promulgaba la exhortación apostólica en la que indicaba las prioridades que la Iglesia debía afrontar, desde la Iglesia en salida hasta la inclusión social de los pobres. Monseñor Fisichella, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización: «Es necesario un nuevo lenguaje para dar a conocer el Evangelio».
Era la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, el 24 de noviembre de hace diez años, cuando Francisco promulgó la exhortación apostólica Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio), el primer documento de su pontificado. Un texto programático, en el que el Papa desarrolla el tema del anuncio del Evangelio en el mundo de hoy, invitando a los cristianos «a una nueva etapa de evangelización» e indica los caminos a seguir «para el camino de la Iglesia». Francisco pide una Iglesia misionera y en salida, exhorta a la renovación eclesial y al compromiso por la inclusión social de los pobres, y anima al diálogo, a diversos niveles, como contribución a la paz.
En el mundo de hoy, donde la cultura digital, que se refiere a la inteligencia artificial y donde entran en juego las cuestiones de la libertad y la verdad, el anuncio del Evangelio es una prioridad, afirma monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, pero es necesario un nuevo lenguaje capaz de hacer comprender su belleza.
Evangelii gaudium es el primer documento del Papa Francisco, un texto donde emergen las prioridades de su pontificado: la Iglesia en salida, la atención a las periferias, la inculturación de la fe, la dimensión social del Evangelio. ¿Qué acogida ha tenido hasta la fecha?
Evangelii gaudium no es sólo el primer documento, es también el documento programático del pontificado del Papa Francisco, él mismo lo escribe en las primeras páginas. Y, por tanto, sigue teniendo hoy un valor muy especial. No se trata sólo de ver cuánto se ha puesto en práctica en estos diez años, sino sobre todo cuánto queda por poner en práctica en un futuro próximo. Los temas de la Evangelii gaudium son, en muchos sentidos, fruto del debate sinodal de 2012 dedicado precisamente a la nueva evangelización y a la transmisión de la fe. El Papa ha hecho suyas muchas de las declaraciones, estudios y discusiones de aquel sínodo y las ha incorporado a su documento, pero también hay grandes innovaciones: por ejemplo, en la dimensión social, en la necesidad de que la Iglesia sea pobre, en la insistencia en que haya un cambio de cultura a la hora de tratar diversos temas. Es un documento programático que conserva toda su fuerza impulsora y provocadora.
¿Qué fase atraviesa hoy la Iglesia si la miramos a través de la Evangelii gaudium?
Cuando el Papa Francisco habla de una evangelización itinerante -porque Jesús tuvo una predicación itinerante-, no hace más que insistir en la necesidad del encuentro personal que la Iglesia debe cuidar, que los creyentes deben hacer con todos. Por tanto, el primer momento de la evangelización es el de la puesta en camino. En Evangelii gaudium encontramos la expresión, repetida varias veces por el Papa Francisco «Iglesia en salida», de una Iglesia, es decir, que asume la conciencia de ser misionera, una Iglesia que siente fuertemente la responsabilidad de ser evangelizadora y, por tanto, de llevar la fuerza del Evangelio, pero también la belleza del Evangelio, a todos, sin excluir a nadie.
¿Cómo se sitúa hoy la Iglesia y el cristiano ante el mundo, a partir de la invitación de la Evangelii gaudium a transmitir la alegría del Evangelio?
En Evangelii gaudium el Papa Francisco insiste en que la evangelización entra en las culturas, y al entrar en las culturas el primer acto es conocerlas, tratar de comprender lo que hay de positivo en ellas, identificar la «semina Verba», es decir, las «semillas de la Palabra», la presencia de la verdad cristiana escondida en tantos elementos. Hoy tenemos un gran desafío, que es un desafío global, porque la cultura se está globalizando cada vez más a través de la cultura de internet, que tiene facetas extremadamente positivas, pero también muchos aspectos que plantean profundos interrogantes. Entre estos interrogantes está el cambio de comportamiento que implica la cultura digital. Existe, por desgracia, una forma muy profunda de individualismo, que conduce al encierro en uno mismo. Este individualismo es uno de los peores peligros de la evangelización, porque la evangelización habla de encuentro, de relación interpersonal, de anuncio, de amor. Encerrarse en uno mismo es, en cambio, lo contrario, no permite a la persona vivir una identidad profunda y alcanzar la madurez personal. La cultura digital actual es una cultura global y, por tanto, toda la Iglesia se ve interpelada, más que nunca, en este terreno. Debemos intentar, en primer lugar, en mi opinión, comprender en qué consiste la cultura digital. Ciertamente no podemos detenernos en la mera herramienta que utilizamos: el PC, el teléfono móvil y las formas de comunicación que utilizamos, desde Facebook a Instagram, etc. La cultura de Internet, la cultura digital, se refiere a la inteligencia artificial, y debemos tratar de entender en qué consiste y qué consecuencias puede tener, no sólo a nivel antropológico -la dimensión de la persona- sino también a nivel social, y por tanto qué elementos entran en crisis. Pienso, por ejemplo, en el tema de la libertad, en el tema de la verdad y en la búsqueda de la verdad que es realmente verdad y no preempaquetada por diversos algoritmos, en la capacidad de ser profundamente libres y no estar sujetos a determinaciones ocultas que operan en esta cultura. Todavía poseemos un lenguaje muy clerical, que no es comprendido en su patetismo semántico, por lo que necesitamos un nuevo lenguaje y una nueva capacidad de intervenir en esta cultura tratando de hacer comprender la belleza del Evangelio.
En este tiempo trágico de guerras y crisis, ¿cómo puede prevalecer la alegría del Evangelio?
Los cristianos podemos utilizar con más fuerza la palabra dramático, porque en la tragedia no hay esperanza y éste sería el fracaso de nuestra presencia evangelizadora en el mundo. Dramático, en cambio, significa que hay una acción muy fuerte en la que todos estamos implicados. El drama involucra, pero en el drama hay esperanza. En la situación dramática que estamos viviendo -lo que el Papa Francisco llama la «tercera guerra mundial hecha pedazos»- es necesario un anuncio de esperanza típicamente y fuertemente cristiano. El hombre de hoy, en la cultura digital, vive con tantas esperanzas, que tenemos la responsabilidad de anunciar la «esperanza», aquella que las unifica, que las proyecta hacia el futuro y que ayuda a comprender y vivir el presente dándole sentido. El drama de las guerras, que son reales, no debe, sin embargo, hacernos olvidar el drama de la violencia de la que somos testigos a diario en nuestras ciudades. ¿Cómo olvidar que en un país como Italia hemos alcanzado ya los 103 feminicidios? Para mí es un gran drama, que indica una vez más que falta cultura, amor, responsabilidad, respeto, que son anuncios distintivos del Evangelio. El amor implica respeto, implica responsabilidad. Mirar las guerras es necesario, porque todos debemos ser artífices de paz, pero la paz se construye en la familia, en las ciudades, en los barrios, en las comunidades, donde necesariamente debe volver el respeto, la responsabilidad por lo que el otro es para mí.
Diez años después de la Evangelii gaudium, ¿es, en su opinión, la Iglesia más misionera y descentralizada como le gustaría a Francisco?
Hay que ver luces y sombras. Creo que la actualidad del Sínodo sobre la sinodalidad nos devuelve a esa corresponsabilidad fundamental que todos deseamos -incluso con los ministerios diferenciados que tenemos dentro de las comunidades- en el anuncio del Evangelio. El Sínodo quiere también que todos los bautizados, en virtud de su Bautismo, redescubran la urgente labor de evangelización. Estas luces resplandecientes -la Evangelii gaudium, que trae consigo toda la enseñanza de Pablo VI contenida en la Evangelii nuntiandi, la realidad del Sínodo, todo el magisterio de estas décadas que poseemos- todavía ven, sin embargo, sombras, que son el cansancio en nuestras comunidades y la indiferencia todavía fuerte y presente en el mundo. Me parece que la evangelización, como nos recuerda, entre otros, el Papa Francisco en la Evangelii gaudium, pasa más fácilmente por la vía de la belleza, es decir, la via pulchritudinis, que es una vía privilegiada para anunciar el Evangelio, porque nos permite recorrer caminos que corresponden a un deseo presente en los hombres, las mujeres y los jóvenes de nuestro tiempo. La via pulchritudinis, que se extiende de la literatura al arte, la música, el cine, la contemplación de lo bello, la naturaleza, la liturgia y los encuentros intrapersonales, puede ser verdaderamente eficaz y fecunda para corresponder a la enseñanza de la Evangelii gaudium.
Fuente: vaticannews.va – Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano.
Diez años de Evangelii Gaudium: el Vaticano celebra el aniversario de la exhortación de Francisco
«El tiempo es superior al espacio. La unidad prevalece sobre el conflicto. La realidad es más importante que la idea. El todo es superior a la parte»
Diez años de Evangelii Gaudium. El viernes, 24 de noviembre de 2023, se celebra una década del primer gran documento del Papa Francisco, y con este motivo el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha organizado un evento para debatir sobre la exhortación apostólica.
Entre los oradores, destacan cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio, así como el exprecandidato presidencial de Argentina, Juan Grabois. Junto a ellos, otros protagonistas, como Sr Nathalie Becquart, Giuseppe De Marzo, Luca Casarini, Don Mattia Ferrari, Sr Helen Alford, P. James Hanvey S.J., Filipe Domingues, P. Shawn Conoboy, Sr Yvonne Reungoat F.M.A., Marco Damilano o Don Rocco D’Ambrosio
«El décimo aniversario de Evangelii Gaudium es el viernes 24 de noviembre. Parece bueno reflexionar sobre esta exhortación programática, su impacto y significado en el pontificado del papa Francisco, en la Iglesia, en el mundo entero», planteó la nota del Dicasterio.
Francisco reconoció que su exhortación apostólica de 2013 Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio) contiene el «sentido programático» central de su magisterio, a partir del estado de situación que traza no solo para la Iglesia sino para un mundo en el que, ya entonces, veía sumido en una «cultura del descarte» con una economía que «mata».
Fue en esa exhortación en la que Francisco dejó planteados además cuatro principios sobre los que organiza su magisterio y que, explicó, «orientan específicamente el desarrollo de la convivencia social y la construcción de un pueblo donde las diferencias se armonicen en un proyecto común»: El tiempo es superior al espacio; La unidad prevalece sobre el conflicto; La realidad es más importante que la idea y El todo es superior a la parte.
Fuente: religiondigital.org – Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano – 23.11.2023.