¿Sabías que Ntra. Sra. de la Merced es Patrona del ámbito penitenciario?
El Obispo de Huelva presidió la Eucaristía celebrada el viernes 21 de septiembre, en el centro de Huelva, que fue seguido de un acto institucional en el que, entre otras, fue reconocida la labor durante años de Amparo Pulido, voluntaria de la Pastoral Penitenciaria. Esta pastoral está animada por los religiosos Agustinos de Huelva junto un numeroso grupo de voluntarios; el responsable es el P.Emilio Rodríguez Claudio,OSA.
Casi un 12 % de las personas encarceladas reciben atención de la Iglesia
La Conferencia Episcopal hace público un informe en el que se refleja la práctica totalidad de la labor de la pastoral penitenciaria en nuestro país
Con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Merced, patrona de las instituciones penitenciarias, el Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal acaba de publicar el Informe de Recursos Pastorales correspondiente al 2017 que da cuenta de la ingente labor que agentes de la Iglesia católica realizan en las cárceles españolas y también fuera de ellas. Los datos se refieren a 78 de los 82 centros penitenciarios, un 95% del total, y que aglutina a cerca del 99% de las personas privadas de libertad. En ellas trabajan 50 capellanes a tiempo completo, 84 a media jornada y otros 28 de apoyo. Con estos colaboran unos 2.700 voluntarios –2040 dentro de la cárcel y 660 fuera–. A nivel de entidades, colaboran 358 parroquias, 196 congregaciones religiosas y 154 ONG.
Todos estos recursos humanos se ponen en marcha para todo aquel que lo desee a través de programas religiosos, sociales y jurídicos dentro de los centros penitenciarios, aunque también hay posibilidad de continuar fuera. Así, más de 7.000 personas privadas de libertad reciben atención por parte de la Iglesia en nuestro país, lo que supone casi un 12 % del total.
Para ello, la Iglesia invirtió en 2017 casi 810.000 euros destinados a ayudas directas a las personas presas, así como a paquetes de ropa, a formación, y a casas de acogida para atenderles cuando tienen algún permi.
Según Florencio Roselló, mercedario y director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE, «presentar una estadística conlleva un riesgo, que supone quedarse en los datos, en los números, y no ir más allá». Pero este trabajo, continúa, muestra «la gran riqueza humana comprometida con la cárcel y su entorno».
«El informe recoge un compromiso global de la Iglesia con la persona privada de libertad, con aquellos que están en situación de riesgo social en la calle, y con los que están luchando por volver a la sociedad. Compromiso que nos lleva a atender tanto el cuerpo como el espíritu. Nuestros programas, como refleja este estudio, quieren atender a lo más necesario de cada persona en un momento concreto. Queremos ser una Iglesia comprometida con el hombre y la mujer en su globalidad y en el tiempo que nos toca vivir», concluye Roselló.
Fuente: Alfa y Omega. F.Otero.
Tres aspectos que destacan en el informe:
1. La gran riqueza humana comprometida con la cárcel y su entorno. 162 capellanes y 2.700 voluntarios, que tanto dentro como fuera de la prisión trabajan por crear espacios de libertad y de esperanza. A esto hay que añadir las 708 entidades que colaboran con nuestra pastoral: parroquias, cáritas diocesanas e interparroquiales, congregaciones religiosas, fundaciones y ONG, esto significa un compromiso positivo tanto de la sociedad como de la propia Iglesia con el mundo de la cárcel y su entorno.
2. Destacar también al gran número de internos que llega nuestra pastoral, a través de programas de formación, más de 900 programas. Participantes en celebraciones más de 7.000, así como a través de los programas asistenciales: ropa, más de 10.000 paquetes, y peculio, casi 6.500 internos se beneficiaron de este programa Destacando también los internos que participan en nuestros programas de reinserción como son los 3.447 permisos de acogida o los 834 Trabajos por el Bien de la Comunidad (TBC) que ofrece la Iglesia para evitar que mucha gente entre en prisión.
3. En tercer lugar, los medios invertidos por la Iglesia a través de Pastoral Penitenciaria en el mundo de la cárcel y su entorno. Medios humanos que hacen de nuestra pastoral la más numerosa en miembros interviniendo en las prisiones españolas. Importante los medios económicos, cada vez logramos reflejar más, y estoy convencido que no están recogidos todos los que realmente se invierten cada año. Y también unos medios de bienes inmuebles. Pisos de congregaciones religiosas, de cáritas, de parroquias, de fundaciones y asociaciones, que se ponen al servicio de la libertad, para que hombres y mujeres puedan dar ese primer paso, a través de un permiso, que les lleve a la tan deseada libertad.
En resumen, señala Florencio Roselló, el informe recoge un compromiso global de la Iglesia con la persona privada de libertad (prisión), con aquellos que están en situación de riesgo social en la calle (prevención), y con los que están luchando por volver a la sociedad (reinserción). Compromiso que nos lleva a atender tanto el cuerpo como el espíritu. Nuestros programas, como refleja este estudio quieren atender a lo más necesario de cada persona en un momento concreto. Queremos ser una Iglesia comprometida con el hombre y mujer en su globalidad y en el tiempo que nos toca vivir.
¿Por qué la Virgen de la Merced es la patrona de las cárceles? Los presos, los cautivos y la Virgen de la Merced.
Son muchas las cárceles donde, en el día de hoy se celebra la fiesta de su patrona: la Virgen de la Merced.
Son muchos siglos de tradición los que corroboran esta especial dedicación de los mercedarios y de la vocación de la Merced por los que sufren cautiverio, por los presos y por los esclavos, de donde nace realmente esta devoción.
Santa María de la Merced es ciertamente una invocación antigua que expresa un aspecto esencial del misterio de María.
Evoca su presencia maternal y misericordiosa a favor de los “que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas de toda opresión, alcancen la plena libertad del cuerpo y del espíritu”.
Es la patrona de los cautivos, no solo físicos, sino también cautivos espiritualmente y de todos aquellos que son los más marginados de la sociedad.
Merced, en la Edad Media es sinónimo de misericordia, piedad o compasión, ejercida para con aquellos que se hallan privados de libertad y en peligro de perder su fe cristiana.
“La misericordia mercedaria es efectiva y afectiva, no humilla a la persona humana, sino, por el contrario la redime y libera, la dignifica. De esta misericordia está necesitado el mundo actual”, explica la orden de los mercedarios
Liberadores
Hasta vísperas de la Revolución Francesa, los mercedarios llamados por la Virgen de la Merced, redimieron unos 70.000 cautivos y profesaban un cuarto voto: “quedar en rehenes, si fuere preciso, en lugar de un cautivo, sobre todo si su fe peligraba”.
En 1779 la Orden de la Merced realizaba la última redención de cautivos; la esclavitud quedaba oficialmente suprimida.
Tras la abolición oficial de la esclavitud en el siglo XVIII, se abre una nueva etapa para la orden de la Merced, de reflexión y búsqueda de una acción carismática y redentora que sintonice con sus orígenes.
Ya no existen los cautivos por la fe, ni los esclavos, pero existen nuevas formas de cautividad: los refugiados, exiliados, inmigrantes o prisioneros son los preferidos de esta congregación que buscan la defensa de los derechos de todos aquellos que están faltos de libertad.
Contra la opresión
La lectura de su carisma-misión actual está definido en el número 16 de sus Constituciones: “Las nuevas formas de cautividad, constituyen el campo propio de la misión y cuarto voto mercedarios, se dan allí donde hay una situación social en la que ocurren las siguientes condiciones:
1. es opresora y degradante de la persona humana;
2. nace de principios y sistemas opuestos al evangelio;
3. pone en peligro la fe de los cristianos; y
4. ofrece la posibilidad de ayudar, visitar y redimir a las personas que se encuentran dentro de ella”.
Fuente: Aleteia.