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XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2024. 2 de febrero.

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«Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad».

Francisco presidirá la misa en la Jornada Mundial de la Vida Consagrada a las 17:30h Basílica de San Pedro. Homilía del Santo Padre Francisco.

Santa Misa por los Consagrados 02 febrero de 2024 Papa Francisco.

Jornada de la Vida Consagrada 2024. El próximo 2 de febrero de 2024, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor, celebramos la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

🗣️ Diálogo online | Jornada de la Vida Consagrada 2024 🙏 El martes 6 de febrero de 2024 te invitamos a este coloquio con motivo de la Jornada Mundial para la Vida Consagrada. En esta ocasión, participarán Fr. Jesús Mª Galdeano, OP, Vicario para la Vida Consagrada de Pamplona; la hna. Mª Teresa Pandelet, de las clarisas de Ávila; y Carolina Sánchez, Hija del Inmaculado Corazón de María.

Con el lema «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad» se celebra la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que coincide cada año con la fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero. Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en su riqueza de modos y carismas, inspirados por el Espíritu Santo a través de la escucha y el discernimiento comunitario», como señalan los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada en su mensaje para este día.

Cartel en castellano. Descargar.

Otros materiales de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada

Además del mensaje de los obispos, la Comisión para la Vida Consagrada ha editado diversos materiales para facilitar la reflexión en torno a esta Jornada. Incluye un folleto con testimonios de la Hna. M.ª Teresa Pandelet Grijalvo, del Monasterio de Hermanas Clarisas de Santa María de Jesús de Ávila; del Hno. Jesús Miguel Zamora Martín, secretario general de CONFER; Teresa Rodríguez Arenas, vd., coordinadora de Nuevas Familias Eclesiales; Inmaculada Parra Brisa,
virgen consagrada de la diócesis de Valencia; M.ª Carmen Fernández Puentes, del Instituto Secular Alianza en Jesús por María, Presidenta de CEDIS; y del P. Antonio Bellella, cmf. Cada uno, desde su carisma, da gracias a Dios por su vocación y por «estar en estado permanente de misión».

También se ofrecen dos subsidios litúrgicos, para el celebrante y para el monitor, y una estampa con la imagen de la campaña de este año.

Oración para la Jornada Mundial de la Vida Consagrada

2 de febrero de 2024.
Aquí estoy, Señor ¡hágase tu voluntad!
Se dice fácil, pero en las circunstancias concretas de la vida, no es tan sencillo y no siempre sabemos cuál es tu voluntad.
Con tu gracia, nos abandonamos en tus brazos con absoluta confianza y te decimos: «No se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,42).
¡Que se haga tu voluntad en mí, en nosotros!
Padre santo, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. ¡Que te bendigan, Señor, los que escuchan tus susurros, y se ponen en camino sin miedo a la noche fría o al calor! Que te bendigan, Señor, junto a los descartados de este mundo que apenas oyen tu voz, y recobran la esperanza de un «nosotros» fraterno.
Padre santo, como barro en tus manos, modela en cada uno de nosotros el deseo de servirte y anunciarte, de descubrir tu voluntad que nos recrea y transforma en vasijas nuevas, para reconfortar y humanizar, en tu Nombre, el mundo roto y convulso en el que vivimos y nos movemos. ¡Acrecienta en nosotros la pasión compartida, a la escucha de tu voz!
Te bendecimos, Señor, todos los que buscamos tu voluntad y ofrecemos nuestra pequeñez a tu servicio, al compromiso del bien común y a la artesanía de la justicia y la paz.
Que tu Espíritu nos transforme en signos de tu voluntad encarnada.
Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad.

¿Cuál es el mensaje de los obispos?

Los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada con su lema “Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad” incluyen la plegaria evangélica con la actitud de quien se sabe llamado por Dios. Subrayan, que de este modo, la persona consagrada puede decir con plena conciencia y libertad: «¡Aquí estoy!».

Más aún, quieren señalar que el «¡Aquí estoy!», con toda su fuerza, se convierte en «¡Aquí estamos!». “No solo porque donde un cristiano dice «yo» está diciendo «nosotros», sino porque el nosotros eclesial y de Vida Consagrada del momento que vivimos nos invita a ofrecernos y disponernos a buscar, procurar y hacer la voluntad divina como comunidad, dentro del pueblo de Dios en camino”, afirman en el mensaje.

Compromiso de cumplir la voluntad de Dios

En este sentido, indican que la segunda parte de la oración, el «¡Hágase tu voluntad!», encierra un compromiso profético para «Una Iglesia sinodal en misión». Porque cada persona consagrada “recibe el amor y la llamada del Señor y su respuesta de amor y disponibilidad es, a la vez, individual y comunitaria”

También explican que “en esa respuesta se busca hacer la voluntad de quien llama, huyendo de caprichos personales y rechazando el pecado y, por supuesto, todo delito”.

Por todo ello, son conscientes de que se han dado faltas graves en la Vida Consagrada “por las que no nos cansaremos de pedir perdón, reiterando al mismo tiempo nuestra voluntad de reparar integralmente a quien ha sido herido. En esto también se expresa el deseo de cumplir la voluntad de Dios”.

Fuente: conferenciaepiscopal.es – 18/01/2024.

Más info con testimonios. «Ser contemplativas nos obliga a vivir encarnadas en nuestro mundo»

Entre los materiales para esta Jornada, la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada ofrece seis testimonios, de diferentes carismas, que relatan cómo llegaron a pronunciar el «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad» y cómo cada uno de ellos sigue agradeciendo ese camino emprendido.

Cuaderno del Concilio Vaticano II. Constitución Lumen gentium. «7. La vida consagrada» (LG 43-47), por Verónica Berzosa.

Descargar Cuaderno 21

La vida consagrada como memoria viviente del modo de vivir de Jesús.

En estos números de la Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, se aborda el tema de la vida consagrada como memoria viviente del modo de vivir de Jesús.

La vida consagrada solo puede entenderse desde la fe, ya que solo desde ella, se puede conocer el sentido de una vida llamada a amar a Dios

La vida consagrada hace presente en la Iglesia, en el tiempo aquí y el ahora, el modo de vivir de Jesús. Una de las alertas que hizo el Concilio Vaticano II fue esta: la gravedad del olvido de Dios en la vida de las personas. Por eso se hace necesario ver personas que entregan su vida a hacer visible el modo de vida de Dios. El mundo que se ha olvidado de Él comprende la misión de las personas consagradas que atienden las necesidades de los pobres, pero difícilmente comprenderá su consagración a Dios.

Y es que, la vida consagrada solo puede entenderse desde la fe, ya que solo desde ella, se puede conocer el sentido de una vida llamada a amar a Dios. Las personas consagradas aman y oran con la esperanza y el compromiso de hacer presentes las primicias del cielo nuevo y la tierra nueva.

Uno de los rasgos imprescindibles de los consagrados es que mantienen los ojos fijos en Jesús, para no predicarse a sí mismos, sino a Él, tal y como lo hizo, Juan Bautista.  No se puede olvidarque a la persona consagrada se le desvela su llamada, su identidad y su misión en Cristo.

La vida consagrada es un don de Dios a la Iglesia. Se basa en la forma de vida de Jesús y de sus discípulos. Es una historia de amor apasionado entre el Señor y la humanidad. La consagración a Dios mediante los votos de castidad, pobreza y obediencia, es un testimonio especial de amor. Unos votos que son un reflejo de la forma de vida de Jesús.

El voto de castidad no es una renuncia de amor sino una capacidad para amar más y más libre. El voto de pobreza se refleja en una entrega total a Cristo y en llevar una vida más sencilla y austera. Por su parte, el voto de obediencia es una entrega total a la voluntad de Dios.

La Eucaristía es el corazón de la vida consagrada. Es el sacramento que representa la comunión nupcial entre Dios y el hombre. Durante la Eucaristía, los consagrados abrazan a Dios y encuentran la fuerza para seguir a Cristo. Se convierten en pan partido para la vida del mundo.

Además de la eucaristía, la oración es fundamental para la consagración. Es un momento imprescindible para la intimidad con Jesús. El amor hacia él, impulsa a contemplar su vida y seguir sus pasos. De hecho, la intimidad con Cristo es el deseo más profundo de los consagrados, quienes colaboran con la misión de la Iglesia de diferentes formas. Su vida es entregada al Señor para beneficio de la humanidad.

También María es un ejemplo de fe y fidelidad para las personas consagradas. Su virginidad representa la confianza en Dios y su disponibilidad y oración en situaciones dolorosas. El amor entre los consagrados es un signo de su discipulado, y la acogida del Espíritu Santo crea comunión y unidad entre ellos. Por eso, ésta y el bien de la Iglesia son prioridades para los consagrados. Ellos deben velar por la unidad de la Iglesia a pesar de las adversidades.

En el presente de la Iglesia, la vida consagrada tiene también una misión imprescindible. A menudo se dice que el mundo actual no parece tener un gran interés por la religión y por el anuncio del Evangelio. Sin embargo, recordar los comienzos de este anuncio, nos ayuda a superar este desaliento: sólo 12 apóstoles y un grupo de discípulos llevaron el Evangelio a todo el mundo.

Hasta no hace mucho tiempo, la sociedad se consideraba cristiana y la mayoría recibía una educación con los valores cristianos. Sin embargo, después del Concilio, una rebelión contra la autoridad llevó lejos estos valores y se pasó a ver a la Iglesia como algo hostil al mundo. La situación actual es consecuencia de aquello: los jóvenes desconocen el contenido de la fe y la Iglesia es una realidad lejana o indiferente.

Por este motivo, evangelizar a los jóvenes es una urgencia. A menudo, se sienten solos y sin sentido en sus vidas, necesitan ayuda para encontrar el centro de su existencia y construir su identidad. Ellos buscan esperanza y una vida mejor, y el Evangelio, les ofrece esto y mucho más. He aquí dónde está la tarea de la Iglesia: estar disponible para escucharlos y responderles. Mostrarles el amor de Jesús a través de la fe.

Anunciar a Cristo en la era digital es un reto de la Iglesia. Se trata de jóvenes hiperconectados, pero a la vez muy sedientos de amistad, de relaciones profundas y de encuentros verdaderos. Hay que ayudarlos para que el resplandor de la juventud, no se apague en la oscuridad de una habitación con un mero ordenador, dice el Papa Francisco.

Se trata de entrar en el areópago moderno, en el mundo digital. Que exista un estilo cristiano de presencia en este ambiente es un reto que afrontamos todos juntos en la Iglesia. Por eso, gracias a la red, el testimonio cristiano puede alcanzar las periferias para anunciar el evangelio y encender los corazones con la luz.

Pero al mismo tiempo tenemos que mantener relaciones humanas. La vida que Dios nos regala, no es una salvación colgada en la nube para descargar. Es una invitación a formar parte de una historia de amor. Una historia de vida que quiere mezclarse con la tuya y echar raíces en la tierra de cada uno.

Y aunque nunca faltarán los escándalos y la oscuridad de la infidelidad, es urgente, quizás hoy más que nunca, que el encuentro con Jesús conlleve apreciar la belleza del mosaico eclesial, formado por miles de pequeñas piedrecillas.

En un mundo frío y desencantado, donde las personas pasan unas junto a otras como viajeros, es necesario que el amor tome carne. Es importante llevar el amor tierno de Jesús. Es esencial hacer presente a Cristo, especialmente en la vida consagrada, donde se debe manifestar con el don recibido. La encarnación de Dios en Jesús, es el corazón del cristianismo.

En esta labor, los consagrados no pueden guardarse para sí mismos la dicha del don que han recibido. Se ha de manifestar el don no como quienes lo poseen todo, sino como quien solo tiene para ofrecer el secreto más profundo de su alegría: el Señor Jesús. El Señor no tiene otros labios, otras palabras, otras manos, otros pies que los nuestros para llevar su amor hasta los confines del mundo.

Fuente: cuadernosdelconcilio.com

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Sacerdote católico y agustino (OSA). Pedagogo, educador, evangelizador digital. Aljaraque (Huelva) España. Educación: Universidad Pontificia Comillas.
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