Su lugar de nacimiento fue clave a la hora de orientar su vocación religiosa.
Mártires españoles del siglo XX de la Ribera del Duero
El 28 de octubre de 2007 fueron beatificados varios mártires españoles del siglo XX. Entre ellos se encontraban seis religiosos nacidos en la Ribera del Duero que murieron en ese terrible año de 1936 y que la Iglesia ha considerado que cumplen todos los requisitos para ser considerados mártires: haber fallecido por muerte violenta «per odium fidei», no oponer resistencia y aceptar esta muerte por amor a Jesucristo.
Mártires Agustinos del Siglo XX
Beato Gerardo Gil Leal, Agustino, (1871-1936)
Nació en La Vid el 3 de octubre de 1871 y ese mismo día fue bautizado en el monasterio de su pueblo. Los agustinos de Valladolid habían devuelto el perdido esplendor del viejo monasterio premonstratense al haberlo ocupado en 1864 para fundar su colegio de misioneros de Filipinas. Este temprano bautizo fue preludio de una vinculación mucho más profunda cuando este niño entra en el noviciado de Valladolid, donde profesa en 1888. Fue ordenado sacerdote en 1896. Posteriormente curso los estudios de Derecho y se dedicó a la Enseñanza. Entre 1902 y 1933 impartió clases en el Colegio María Cristina. En 1933 pasa al Real Monasterio del Escorial, donde el 6 de agosto de 1936 es detenido junto con casi toda la comunidad. Tras ser sometido a una farsa de juicio fue fusilado en Paracuellos del Jarama el 30 de noviembre de 1936.
Para este agustino fue clave su lugar de nacimiento a la hora de orientar su vocación religiosa.
Una vida paralela tuvo el beato José Gutiérrez Arranz, Agustino, que también nació muy cerca del monasterio de La Vid, en Zuzones. Cursó estudios en el seminario del Burgo de Osma para profesar como agustino en Valladolid en 1903 y ser ordenado sacerdote en 1911. Ejerció la enseñanza en el monasterio ribereño de La Vid, en Santander, en Valencia de Don Juan (León) y en Uclés (Cuenca). En 1933 fue nombrado Superior de la comunidad de Uclés donde le sorprende el comienzo de la Guerra Civil. El 27 de julio de 1936 fue apresado, junto con otros sacerdotes y esa misma noche son trasladados en camionetas hacia una prisión. No llegarán a su destino ya que son fusilados a las pocas horas en Belinchón (Cuenca).
Fuente: Diario de Burgos.
Biografía
Nació en La Vid, provincia de Burgos y diócesis de Osma, el 3 de octubre de 1871. Sus padres se llamaban Damián y Paula. Fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa María de La Vid, el mismo día de su nacimiento. Recibió la confirmación el 24 de junio de 1874, por Mons. Pedro María Lagüera Menezo, obispo de Burgo de Osma. Estudió latín y humanidades en el seminario de Burgo de Osma. Su vocación agustiniana surgió del asiduo contacto con los agustinos de La Vid.
Hizo el noviciado en el convento de los agustinos filipinos de Valladolid, donde profesó de votos simples el 8 de octubre de 1888, y de solemnes el día 9 de octubre de 1892. Cursó los estudios de filosofía en Valladolid y los de teología en el monasterio de Santa María de La Vid y de San Lorenzo de El Escorial, donde terminó la carrera eclesiástica, siendo ordenado sacerdote en Madrid el 9 de febrero de 1896.
Fue destinado, en este mismo año, al colegio de Alfonso XII, de inspector de los alumnos y profesor de gimnasia, al mismo tiempo que preparaba los exámenes de bachillerato, cuyo título consiguió en el instituto de Segovia el 28 de septiembre de 1898. En esta última fecha se le destinó a Guernica (Vizcaya) donde, además de inspector, era profesor de retórica y poética. En 1901 comenzó el estudio de derecho, obteniendo la licenciatura en la universidad de Valladolid el día 11 de octubre de 1905. La Orden le concedió el título de lector en este mismo año.
Residía en la Universidad de San Lorenzo de El Escorial desde 1902 y en ella continuó hasta 1933, en que fue cerrada ésta por el Gobierno de la República. En la Universidad fue profesor de diversas asignaturas de derecho, en especial de derecho mercantil. Desempeñó la secretaría de estudios desde 1928 hasta 1933. En la Orden fue secretario de Provincia desde 1916 hasta 1920.
Aparte de cumplir fielmente con sus obligaciones de comunidad, el padre Gerardo desplegó una labor encomiable de caridad en los dos pueblos de El Escorial y de San Lorenzo de El Escorial, entre los más pobres y necesitados, creando diversas instituciones, por lo que llegó a ser conocido como “El Apóstol de El Escorial”.
Al cerrarse la Universidad pasó a residir en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Aunque retirado de la docencia universitaria siguió con los trabajos sociales y con clases particulares.
Los sucesos del 18 de julio de 1936 le sorprendieron en el Monasterio. Fue detenido con toda la comunidad el 6 de agosto y encarcelado en la prisión de San Antón. En la cárcel fue uno de los que se distinguieron por su extraordinario valor y serenidad. Fue juzgado por un falso tribunal popular en la misma cárcel, y condenado sólo por ser religioso, no valiéndole para nada tantas obras sociales como había realizado en favor de los pobres y necesitados. Su nombre sonó muy de mañana en una lista de condenados a muerte. Despojado de todo y con las manos atadas atrás con una cuerda fina, después de varias horas de espera salió en un autobús hacia Paracuellos del Jarama, con otros 50 agustinos, donde fueron sacrificados el 30 de noviembre de 1936. Un testigo dice de él: “En el momento de partir para los camiones de la muerte, vimos perfectamente a varios de ellos, entre estos al P. Gerardo Gil, maniatado, volverse hacia nosotros y hacernos una inclinación de cabeza, único signo posible de suprema despedida, al igual que la inclinación que se hace a la Cruz en la sacristía, al salir a celebrar el santo sacrificio de la misa”.
Fuente: Agustinos Madrid.
Noventa y ocho agustinos fueron beatificados en Roma el 27 de octubre de 2007 junto con 90 agustinos más. La Iglesia al publicar el Decreto de Beatificación propone al mártir como modelo a imitar, patrono a celebrar e intercesor para orar.
Nuestros mártires vivían el Evangelio pacíficamente, pero fueron perseguidos, detenidos y sacrificados por amar y servir a la Iglesia. Murieron por Cristo perdonando a sus asesinos. Ofrecemos esta Oración dirigida a Dios con la intercesión de los 98 Mártires Agustinos del Siglo XX, grupo en el que fue beatificado nuestro beato mártir:
Dios Todopoderoso y Eterno que concediste a los bienaventurados Avelino y compañeros mártires la gracia de morir por Cristo, te rogamos que, por su intercesión, se vea fortalecida nuestra fe y seamos testigos de tu amor. Te lo pedimos por Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Católicos y científicos: beato Gerardo Gil Leal, OSA, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Católicos y científicos: beato Gerardo Gil Leal, OSA, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Lo del martirio de san Esteban sigue en la actualidad, y si no sólo visitar la web de Ayuda a la Iglesia Necesitada, o buscar por Iglesia Perseguida. El siglo XX fue declarado el siglo de los mártires. Las cifras de asesinados por motivos religiosos de la Iglesia Católica sigue batiendo records. Este es el caso de Gerardo Gil Leal, del que el Diccionario Biográfico de la Real Academia de Historia dice:
«Gil Leal, Gerardo. La Vid (Burgos), 3.X.1871 ? Paracuellos del Jarama (Madrid), 30.XI.1936. Agustino (OSA), benefactor, mártir y beato.
Nació en el pequeño pueblo burgalés de La Vid, junto al antiguo monasterio premostratense de Santa María, ocupado a la sazón por los agustinos filipinos en aquellos momentos. Era hijo de Damián Gil y Paula Leal y pocos datos más se conocen de su infancia; ya adolescente ingresa en el seminario menor diocesano de Burgo de Osma (Soria). En 1888 comienza la vida como agustino tomando el hábito y haciendo el noviciado en el convento de Valladolid donde profesa en octubre del año siguiente; cursa la carrera sacerdotal en Valladolid, La Vid y San Lorenzo de El Escorial siendo ordenado sacerdote el 9 de febrero de 1896, y pasando brevemente por los colegios agustinianos de El Escorial y Guernica, mientras realiza el bachillerato en el instituto de Segovia, y la licenciatura de Derecho en la Universidad de Valladolid, que finaliza en 1905, trasladándose a continuación al Centro Universitario María Cristina de El Escorial como profesor de Derecho Mercantil, simultaneando la docencia con el cargo de secretario de la provincial agustiniana matritense (1916-1920), y secretario del Centro Universitario (1928-1933).
Movido por sus convicciones religiosas desarrolló y promovió una importante obra social entre la clase obrera y necesitada de San Lorenzo de El Escorial, por medio de las Escuelas Dominicales para jóvenes obreras y muchachas del servicio doméstico en el colegio de las carmelitas de la Caridad del que era capellán, y de una biblioteca ambulante. También creó la Caja Dotal que era un medio de facilitar a las muchachas con escasos recursos económicos la posibilidad de adquirir una dote digna a la hora de tomar estado civil, como se hacía en otros lugares de España por 1912; reunió a todas las costureras en el Sindicato de Trabajadoras de la Aguja (modistas, sastras, bordadoras, encajeras, etc.), con el fin de mejorar la formación y las condiciones económicas y sociales de su actividad laboral, crear una bolsa de trabajo, un taller cooperativo y de ayuda en caso de enfermedad. En 1911 fundó en el centro parroquial de San Lorenzo una mutualidad maternal con el fin de ayudar con alguna subvención a las madres necesitadas en el período del parto, y en 1914 también está presente en la creación de la Escuela de madres, buscando en la instrucción de ellas la mejor educación de los hijos y el buen gobierno del hogar.
El padre Gerardo Gil colaboró en otras empresas establecidas en San Lorenzo de El Escorial de tipo social como Escuela Nocturna de Obreros ?siendo la mayor parte de profesores los miembros del Centro Universitario?, Sindicato Obrero Católico (1911), Caja Popular de Ahorro (1911), Ropero, Sociedad para el Fomento del Trabajo, Biblioteca Popular, diferente de la vinculada a las Escuelas Dominicales, Cocinas Económicas y Sociedades de Socorros Mutuos.
Sobre todo, su figura está unida a la creación de tres cooperativas obreras para la edificación de casas baratas que se hicieron en ambos Escoriales, la villa y San Lorenzo.
En atención a sus trabajos e inquietudes sociales, el Instituto Nacional de Previsión le concedió, en 1913, la Medalla de Mérito, y el Consejo Superior de Protección a la Infancia le otorgó el título de vocal y el Diploma de Mérito, y en 1915 es nombrado consultor de la Oficina Central de Trabajo. El 7 de noviembre de 1927 se le reconocía el trabajo hecho en pro de la clase obrera poniendo su nombre a una calle de San Lorenzo de El Escorial.
Cuando los sucesos de julio de 1936 el padre Gerardo Gil fue detenido y confinado en el monasterio hasta el 6 de agosto que fue trasladado con el resto de la comunidad a la Dirección General de Seguridad y desde allí a la cárcel de San Antón, donde fue juzgado a finales de noviembre y fusilado en Paracuellos del Jarama, el 30 de noviembre de 1936.
La producción literaria del padre Gil es sencilla y abundante, dedicada fundamentalmente a los artículos, la narración breve y los cuentos, eligiendo como argumento temas relacionados con la actividad social que desarrollaba en El Escorial, valores morales de las personas, la infancia, la mujer, la pobreza, etc., publicadas fundamentalmente en revistas y diarios populares de carácter social como El Buen Consejo, El eco del Pueblo, Pro Infancia, Revista Social, El Independiente, etc.; también tiene una abundante producción poética suelta que reunió en un libro.
Tras un lento proceso, donde se comprobó la persecución desatada contra los religiosos, el 28 de octubre de 2007 fue beatificado en Roma.
Obras de ~: «El primer premio», en La Ciudad de Dios (CD), 54 (1901), págs. 306-309; «Caja Dotal para las Escuelas Dominicales», en CD, 79 (1901), págs. 296-305; Caja Dotal fundada y dirigida por la Junta de Gobierno de la Escuela Dominical de El Escorial, Madrid, Imprenta de Antonio G. Izquierdo, 1909; «A las Presidentas y Directoras de las Escuelas dominicales», en CD, 79 (1909), págs. 296-305; Estatutos de la Mutualidad Maternal establecida en el Real Sitio de San Lorenzo, El Escorial, Imprenta de Hijos de Cogolludo, 1912; «Cajas dotales», en CD, 91 (1912), págs. 419-423; Estatutos de la Asociación de Antiguas Alumnas establecidas en el Colegio de las HH. Carmelitas de El Escorial, El Escorial, Imprenta de Hijos de Cogolludo, 1913; Cooperativa Obrera de Casas Baratas. Estatutos, El Escorial, Imprenta de Hijos de Cogolludo, 1915; Diálogos y Monólogos de Colegio (narraciones breves), Madrid, Imprenta Helénica, 1916; Estatutos de la Cooperativa Obrera de Casas Baratas de la Leal Villa de El Escorial, San Lorenzo del Escorial, Imprenta Renovación, 1926.
Bibl.: E. Jorde Pérez, Catálogo bio-bibliográfico de los Religiosos Agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de las Islas Filipinas, Manila, Tipografía del Colegio de Santo Tomás, 1901, pág. 807; VV. AA., Analecta Augustiniana, 3 (1909-1910), pág. 290; 6 (1915-1916), pág. 315; B. Alcalde, «Labor social de los Agustinos en El Escorial», en Los Agustinos y el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Madrid, Imprenta Helénica, 1910, págs. 301-309; J. Mújica, «La Acción Social en El Escorial», en Nueva Etapa, 19 (1916), págs. 244-255; G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, vol. III, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1917, págs. 117-120; J. García Sáinz de Baranda, Escritores burgaleses, Alcalá de Henares, Imprenta de la Escuela de Reforma, 1930, págs. 201-204; J. Llamas, Mártires Agustinos de El Escorial, San Lorenzo de El Escorial, Imprenta del Real Monasterio, 1940, pág. 29; D. Pérez de Arrilucea, Honremos su memoria, San Lorenzo del Escorial, Imprenta del Real Monasterio, 1943, págs. 154-155; C. Vicuña, Mártires Agustinos de El Escorial, San Lorenzo de El Escorial, Imprenta del Real Monasterio, 1943, págs. 27, 30, 119, 175, 186, 193, 200, 208-209, 224 y 282; A. del Fueyo, Los Agustinos en la Revolución y en la Cruzada, Bilbao, 1947, págs. 133 y 149; B. Difernán, Historia del Real Colegio de Estudios Superiores Universidad «María Cristina», San Lorenzo del Escorial, Gráficas Color, 1960, págs. 145-147; A. Montero Montero, Historia de la persecución religiosa en España, 1936-1939, Madrid, Editorial Católica, 1961, págs. 343 y 813; T. Alonso Turienzo, La Ciudad de Dios. Índices (1881- 1960), San Lorenzo de El Escorial, Imprenta del Real Monasterio, 1961, pág. 102; A. Llordén, «Bibliografía Agustiniana Escurialense», en La Comunidad Agustiniana en el Monasterion de El Escorial. Obra Cultural (1885-1963), San Lorenzo de El Escorial, Imprenta del Monasterio de El Escorial, 1964, págs. 377-382; A. Manrique, «Gil Leal, Gerardo, OSA», en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1022; R. Aubert, «Gil Leal (Gerardo)», en Dictionnaire d?histoire et de géographie eclesiastique, Paris, 20 (1984), págs. 1307-1308; S. Folgado Flórez, «La producción literario-cultural de los agustinos en el Real Colegio de Estudios Superiores ?María Cristina? del Escorial (1892-1992). Índice Bibliográfico», en El Real Colegio de Estudios Superiores de El Escorial, t. II, San Lorenzo de El Escorial, Estudios de El Escorial, 1992, págs. 555-557; M. González Velasco, «Labor social del padre Gerardo Gil en El Escorial», en Anuario Jurídico y Económico Escurialense, 24 (1992), págs. 575-630; I. Rodríguez y J. Álvarez, Labor Científico- Literaria de los Agustinos Españoles, vol. I, Valladolid, Estudio Agustiniano, 1992, pág. 248; F. Hernández, «Algunos relatos del Padre Gerardo Gil. Recuerdos de la Infancia», en La Escuela Agustiniana, 47 (1994), págs. 30-33; F. Hernández, «El P. Gerardo Gil. Su labor social en El Escorial», en Boletín Informativo de la Provincia Agustiniana Matritense, 11/106 (1994), págs. 541-552; Congregatio de Causis Sanctorum, P.N. 822, «Matriten. et Aliarum Beatificationis seu Decarationis Martyrii Servorum Dei Avellini Rodríguez, Sacerdotis Profesii, OSA, et 97 Sociorium ex Orine S. Augustini necnon 6 ex Clero Saeculari, in odium fidei, uti fertur, interfectorum (? 1936)», en Positio super Martirio, Romae, Tipografía Guerra, vol. I, 1996; vol. II, 1993; M. González Velasco, Autores Agustinos de El Escorial. Catálogo Bibliográfico y Artístico, San Lorenzo de El Escorial, Ediciones Escurialenses, 1996, págs. 433-448. Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla, OSA».
En la web de los Agustinos de la Provincia Matritense dice de él:
«Nació en La Vid, provincia de Burgos y diócesis de Osma, el 3 de octubre de 1871. Sus padres se llamaban Damián y Paula. Fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa María de La Vid, el mismo día de su nacimiento. Recibió la confirmación el 24 de junio de 1874, por Mons. Pedro María Lagüera Menezo, obispo de Burgo de Osma. Estudió latín y humanidades en el seminario de Burgo de Osma. Su vocación agustiniana surgió del asiduo contacto con los agustinos de La Vid.
Hizo el noviciado en el convento de los agustinos filipinos de Valladolid, donde profesó de votos simples el 8 de octubre de 1888, y de solemnes el día 9 de octubre de 1892. Cursó los estudios de filosofía en Valladolid y los de teología en el monasterio de Santa María de La Vid y de San Lorenzo de El Escorial, donde terminó la carrera eclesiástica, siendo ordenado sacerdote en Madrid el 9 de febrero de 1896.
Fue destinado, en este mismo año, al colegio de Alfonso XII, de inspector de los alumnos y profesor de gimnasia, al mismo tiempo que preparaba los exámenes de bachillerato, cuyo título consiguió en el instituto de Segovia el 28 de septiembre de 1898. En esta última fecha se le destinó a Guernica (Vizcaya) donde, además de inspector, era profesor de retórica y poética. En 1901 comenzó el estudio de derecho, obteniendo la licenciatura en la universidad de Valladolid el día 11 de octubre de 1905. La Orden le concedió el título de lector en este mismo año.
Residía en la Universidad de San Lorenzo de El Escorial desde 1902 y en ella continuó hasta 1933, en que fue cerrada ésta por el Gobierno de la República. En la Universidad fue profesor de diversas asignaturas de derecho, en especial de derecho mercantil. Desempeñó la secretaría de estudios desde 1928 hasta 1933. En la Orden fue secretario de Provincia desde 1916 hasta 1920.
Aparte de cumplir fielmente con sus obligaciones de comunidad, el padre Gerardo desplegó una labor encomiable de caridad en los dos pueblos de El Escorial y de San Lorenzo de El Escorial, entre los más pobres y necesitados, creando diversas instituciones, por lo que llegó a ser conocido como «El Apóstol de El Escorial».
Al cerrarse la Universidad pasó a residir en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Aunque retirado de la docencia universitaria siguió con los trabajos sociales y con clases particulares.
Los sucesos del 18 de julio de 1936 le sorprendieron en el Monasterio. Fue detenido con toda la comunidad el 6 de agosto y encarcelado en la prisión de San Antón. En la cárcel fue uno de los que se distinguieron por su extraordinario valor y serenidad. Fue juzgado por un falso tribunal popular en la misma cárcel, y condenado sólo por ser religioso, no valiéndole para nada tantas obras sociales como había realizado en favor de los pobres y necesitados. Su nombre sonó muy de mañana en una lista de condenados a muerte. Despojado de todo y con las manos atadas atrás con una cuerda fina, después de varias horas de espera salió en un autobús hacia Paracuellos del Jarama, con otros 50 agustinos, donde fueron sacrificados el 30 de noviembre de 1936. Un testigo dice de él: «En el momento de partir para los camiones de la muerte, vimos perfectamente a varios de ellos, entre estos al P. Gerardo Gil, maniatado, volverse hacia nosotros y hacernos una inclinación de cabeza, único signo posible de suprema despedida, al igual que la inclinación que se hace a la Cruz en la sacristía, al salir a celebrar el santo sacrificio de la misa».
La sangre de los mártires es semilla de cristianos
Su muerte relativiza cuando menos el actual discurso sin base científica alguna que sitúa a las ideologías relacionadas con el frentepopulismo como defensoras de la ciencia.
Fuente: cope.es – Revista Ecclesia – Alfonso V. Carrascosa.
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