Vive la Pascua Dominical en la Eucaristía en Casa y en la Parroquia.
Ser «todos hermanos», regalo de Jesús para tener Vida.
Mt 22,34-40 ¡Cuántas personas buscan y rebuscan el camino de la felicidad! San Mateo nos proporciona la fórmula de la felicidad de la manera más simple: amar a Dios y al prójimo. No se pueden separar, porque estos dos amores van íntimamente enlazados y unidos. Nos lo recuerda hermosamente el papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti (Todos hermanos).
Jesús nos regala esta fórmula para ser felices, sostener nuestra vida y tener Vida. Es una técnica para aprender, interiorizar y, sobre todo, para vivir. No resulta complicada su memorización, como sucede con algunas operaciones de matemáticas, pero aplicarla puede costarnos lo mejor de nosotros mismos, porque hemos de darnos a fondo y de corazón. Con toda sinceridad y libertad, planteémonos esta semana cómo vamos concretando en el día a día la única fórmula que nos dejó Jesús. Luego, démosle gracias porque su mandamiento, su ley, es el Amor. Los santos lo concretaron de manera admirable, poniendo su vida, sus pies, su corazón, todo su ser en Cristo.
Finalicemos con la Oración al Creador, extraída de la Encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco:
Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras.Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas. Amén.
Fuente: Revista 21. Dibujo: Patxi Velasco FANO – Texto: Fernando Cordero,ss.cc.
Donde está tu corazón – 30º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo A
Mt 22,34-40. Dios Padre y Madre nos ama por encima de todo… y solo nos pide una cosa a cambio: que también nosotros/as le amemos a Él con todo nuestro corazón y al resto de sus hijos e hijas. Tengamos claro qué es importante, pongamos nuestro corazón en Él, en nuestras hermanas y hermanos.
Fuente: Editorial Verbo Divino – EVD.