Pascua Dominical. Eucaristía en Casa y la Parroquia.
¿Dios sabe de matemáticas?
Mt 20,1-16 ¿Se puede cuantificar el Amor de Dios? ¿Podemos exigirle a Dios una paga? ¿Somos conscientes de lo que recibimos de Él, de su balanza generosa? Ojalá en estos tiempos que habitamos, todos tuviéramos que relacionarnos con un propietario tan bueno y generoso como el de la parábola.
Dios bueno no sabe de rentabilidad, te ama por ti y no por tu hacer. Que no te moleste que Dios sea bueno y sepa poco de matemáticas, de rentabilidad y eficacia.
Esta manera de ser de Dios nos llevaría a cambiar nuestra vara de medir, porque Él no quiere nuestras calculadas medidas. Su medida es amar sin medida. ¿Eso puede molestar a alguien? Quizá algunos tuvieron que llegar más tarde a la viña, porque no se enteraron de la oferta del trabajo o por otras dificultades. Hay gente buena, como el propietario, que intenta tratar a todos con igualdad, dignidad y justicia, una actitud que ha de contagiarse a todos los sectores de esta sociedad globalizada. Convenzámonos: estar con Jesús es ya el mayor tesoro.
A cualquier hora que vengas, Señor, estaré deseoso de ir a trabajar a tu viña. Que cuentes conmigo es el mejor regalo que puedo recibir. No se puede comparar con ninguna paga humana.
Fuente: Dibujo: Patxi Fano – Texto: Fernando Cordero ss.cc.
Agradecidos – 25º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Mt 20,1-16. En un mundo consumista como el nuestro, la gratuidad puede ser vista con dudas y hasta sospechas. Así nos volvemos escépticos, suspicaces, recelosos… El amor de Dios no tiene contraprestaciones. Todo es regalo suyo, pura gratuidad.
Fuente: Editorial Verbo Divino – EVD.
Jornada del Migrante y del Refugiado. Domingo 24 septiembre 2023. «Libres para elegir si migrar o quedarse».