Reza por las víctimas y sus familias, por los heridos y por los equipos de rescate. Cercanía y ayuda concreta.
El Papa se ha unido al coro de voces internacionales que han lamentado los dramáticos terremotos que han arrasado localidades de Turquía y Siria. La magnitud del primero de ellos fue de casi 8 puntos de la escala de Richter.
A través de un telegrama el Papa dice estar profundamente entristecido por la enorme cantidad de vidas que se han perdido. Por eso reza por las víctimas y sus familias, por los heridos y por los equipos de rescate que trabajan a contrarreloj para intentar liberar a personas de entre los escombros.
Por parte de Turquía, su presidente Erdogan afirma que están ante el mayor terremoto registrado en la zona en más de tres décadas.
Cerca de los afectados, necesaria ayuda concreta
Tweet de Francisco sobre el terremoto que devastó Turquía y Siria. El Pontífice pide apoyo conjunto para los heridos, sus familias y los rescatadores. Mensajes de condolencia del Patriarca Bartolomé al Presidente turco Erdoğan y al Patriarca Juan X de Antioquía. El testimonio de un jesuita turco: «El terremoto ha afectado a todos, independientemente de la fe o el origen, pero nos ha unido: en estas horas estamos compartiendo todo lo que tenemos en las despensas y frigoríficos».
El Papa Francisco pide ayuda colectiva y «concreta» para apoyar a las víctimas, heridos, familiares y rescatistas del terremoto que devastó desde anoche regiones del sureste de Turquía y el norte de Siria. Desde su cuenta en nueve idiomas @Pontifex, seguida por millones de personas, el Papa asegura su cercanía personal a los afectados por esta tragedia, comparable, según los expertos, a la explosión de «100 bombas atómicas», que ha causado hasta ahora cerca de 5.000 muertos.
Estoy cerca, con todo el corazón, de las personas afectadas por el terremoto en #Turquía y #Siria. Sigo rezando por cuantos han perdido la vida, por los heridos, los familiares, los equipos de rescate. Que la ayuda concreta de todos nosotros los sostenga en esta inmensa tragedia.
El testimonio de un jesuita en Turquía
Desde Iskenderun, centro del distrito del mismo nombre en la provincia de Hatay, donde explotó el puerto local, llega el testimonio del padre jesuita Antuan Ilgit, vicario delegado del Vicariato Apostólico de Anatolia. Con el teléfono que suena por momentos y dificultades para comunicarse, el sacerdote -también profesor de Teología Moral en la Facultad teológica del sur de Italia- explica que la catedral de Iskenderun se ha derrumbado casi por completo, pero que los edificios en los que vive con el obispo y las monjas son parcialmente utilizables. «Como tenemos un gran patio, la gente ha venido a refugiarse. Son católicos, ortodoxos, armenios, pero también muchos musulmanes a los que yo mismo saliendo por las calles los invité a quedarse con nosotros. Compartimos y seguimos compartiendo todo lo que tenemos en nuestras despensas, en nuestros frigoríficos».
Ilgit explica que en la misa, celebrada «casi a oscuras», había también «algunos no cristianos con mucha participación». «La noche fue dura porque llovía mucho y hacía frío, y los continuos temblores eran muy fuertes. La gente no podía quedarse fuera, pero también tenía miedo de quedarse dentro. Por la mañana hubo una explosión en el puerto y un incendio pero no sabemos a qué se debió…. Poco a poco fueron llegando noticias de la muerte de vecinos y familiares de nuestros feligreses que vivían aquí, en Iskenderun, pero sobre todo en Antioquía. Al parecer, el pastor protestante y su esposa siguen bajo los escombros, presuntamente muertos».
Único jesuita turco y único sacerdote turco actualmente al servicio de la Iglesia de Turquía, el padre Antuan envía un mensaje de cercanía y también de esperanza en una reconstrucción: «¡Estoy cerca de mi gente como puedo! Siento la presencia de la Iglesia expresada con llamadas telefónicas, mensajes y otros medios de todos los obispos de Turquía y del Nuncio Apostólico, que sigue todo con gran participación», afirma. «Cuando consigo descargarlo, recibo muchísimos mensajes de la querida Italia, pero también de todas partes, expresando su cercanía. Estoy seguro de que la Providencia no fallará, la ayuda llegará y con las piedras vivas que somos reconstruiremos la ‘nueva Catedral’ más sólida que nunca». «Mis amigos musulmanes -añade- se desviven por conseguirnos agua y comida. El terremoto afectó a todos, independientemente de nuestra fe, nos afectó pero también nos unió. Como quiere el Papa Francisco, «estamos en las fronteras del diálogo, compartiendo las mismas alegrías y penas, y colaborando por un mundo mejor».
Fuente: vaticannews.va – Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano.
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