El Papa explica los mandamientos: Dios no es un déspota que impone leyes a sus súbditos.
Romerepots.En su segunda catequesis sobre los diez mandamientos, recordó que “desde el principio, el Tentador, quiso engañar al hombre y a la mujer, haciéndoles creer que Dios no los amaba y que era un déspota que les imponía leyes y normas para someterlos”. Francisco asegura que “lo mismo quiere hacernos creer también hoy a nosotros. Pero sabemos que Dios es un padre, que nos quiere y sale a nuestro encuentro. Con los mandamientos, que contienen sus palabras, Él nos cuida y protege de la autodestrucción, porque somos sus hijos, no sus súbditos”. Efectivamente, “nuestro mundo no tiene necesidad de legalismo, sino de sentirse amado y cuidado”, aseguró.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas:
El pasado miércoles iniciamos la catequesis sobre los diez mandamientos. Los mandamientos son parte de una relación, aquella de la Alianza entre Dios y su Pueblo. La Sagrada Escritura los llama también «las diez Palabras». ¿Qué diferencia hay entre un mandamiento y una palabra? El mandamiento es un precepto, una orden. En cambio, la palabra es el medio esencial de la relación como diálogo fundamentado en el amor.
Dos personas que no se aman, no logran comunicar. Sin embargo, cuando alguien habla a nuestro corazón, termina nuestra soledad y comienza una comunicación que da vida.
Así, desde el principio, el Tentador, quiso engañar al hombre y a la mujer, haciéndoles creer que Dios no los amaba y que era un déspota que les imponía leyes y normas para someterlos.
Lo mismo quiere hacernos creer también hoy a nosotros. Pero sabemos que Dios es un padre, que nos quiere y sale a nuestro encuentro. Con los mandamientos, que contienen sus palabras, Él nos cuida y protege de la autodestrucción, porque somos sus hijos, no sus súbditos. Vivir como cristianos es pasar de la mentalidad de esclavos a la mentalidad de hijos.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Nuestro mundo no tiene necesidad de legalismo, sino de sentirse amado y cuidado.
Pidámosle con confianza al Señor el don de su Espíritu Santo, para que nos conceda acoger sus mandamientos con espíritu filial, y vivir como hermanos en la libertad de los hijos de Dios. Muchas gracias.
Vaticannews. Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Así, desde el principio, el Tentador, quiso engañar al hombre y a la mujer, haciéndoles creer que Dios no los amaba y que era un déspota que les imponía leyes y normas para someterlos. Lo mismo quiere hacernos creer también hoy a nosotros. Pero sabemos que Dios es un padre, que nos quiere y sale a nuestro encuentro”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del tercer miércoles de junio de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los Mandamientos.
El pasado miércoles iniciamos la catequesis sobre los diez mandamientos, señaló el Pontífice. Los mandamientos son parte de una relación, aquella de la Alianza entre Dios y su Pueblo. Hemos visto que el Señor Jesús, agregó el Papa, no ha venido a abolir la Ley, sino a darle cumplimiento. Tendríamos que entender mejor esta perspectiva, alentó el Pontífice.
Diferencia entre palabras y mandamientos
La Sagrada Escritura los llama también «las diez Palabras». ¿Qué diferencia hay entre un mandamiento y una palabra? El mandamiento es un precepto, una orden. En cambio, precisó el Papa Francisco, la palabra es el medio esencial de la relación como diálogo fundamentado en el amor. Dos personas que no se aman, no logran comunicar. Sin embargo, cuando alguien habla a nuestro corazón, termina nuestra soledad y comienza una comunicación que da vida.
En la Sagrada Escritura, señaló el Pontífice, los mandamientos no viven por sí mismos, sino son parte de una relación, como se puede ver al inicio del capítulo 20 del Libro del Éxodo, donde el texto habla de “palabras” y no de “mandamientos”. “La tradición judía las llamará siempre como el Decálogo, las diez Palabras. Y el término decálogo – afirmó el Papa – quiere decir justamente esto, relación”.
Es diverso cuando uno recibe una orden, dijo el Papa explicando la diferencia entre palabra y precepto, es diferente cuando uno trata de hablar con nosotros. “Un diálogo es mucho más que la comunicación de una verdad – puntualizó el Santo Padre – se realiza por el placer de hablar y por el bien concreto que se comunica entre quienes se quieren bien por medio de las palabras. Es un bien que no consiste en las cosas, sino en las mismas personas que recíprocamente se donan en el diálogo”.
Con los mandamientos, Dios nos cuida y protege
Así, desde el principio, el Tentador, quiso engañar al hombre y a la mujer, haciéndoles creer que Dios no los amaba y que era un déspota que les imponía leyes y normas para someterlos. Lo mismo quiere hacernos creer también hoy a nosotros. Pero sabemos que Dios es un padre, que nos quiere y sale a nuestro encuentro. Con los mandamientos, que contienen sus palabras, Él nos cuida y protege de la autodestrucción, porque somos sus hijos, no sus súbditos. Vivir como cristianos es pasar de la mentalidad de esclavos a la mentalidad de hijos.
El desafío, afirmó el Papa Francisco, es justamente entender los mandamientos no como una imposición de un déspota que obliga, sino como una palabra que nos cuida y protege de la autodestrucción. “El hombre está ante esta incertidumbre: ¿Dios me impone las cosas o cuida de mí? ¿Los mandamientos son sólo una ley o contienen una palabra? ¿Dios es amo o Padre? ¿Somos súbditos o hijos? Este combate, dentro y fuera de nosotros, se presenta continuamente: mil veces debemos escoger entre una mentalidad de esclavos y una mentalidad de hijos”.
Vivir como hijos y no como esclavos
Ya que un cristiano con un espíritu de esclavo, señaló el Papa Francisco, sólo puede acoger la Ley de modo opresivo, y puede producir dos resultados opuestos: una vida hecha de deberes y obligaciones, o una reacción violenta de rechazo. Todo el cristianismo es el paso de la letra de la Ley al Espíritu que da vida. “Se ve cuando un hombre o una mujer han vivido este pasaje o aun no – afirmó el Pontífice – la gente se da cuenta si un cristiano razona como hijo o como esclavo. Y nosotros mismos recordamos si nuestros educadores han cuidado de nosotros como padres y madres, o si nos han solamente impuesto reglas”.
Nuestro mundo no tiene necesidad de legalismo
En sus saludos a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica, el Papa Francisco los animó a vivir los mandamientos con espíritu filial y no como un legalismo, a vivir como cristianos con un corazón de hijos. “Nuestro mundo no tiene necesidad de legalismo, sino de sentirse amado y cuidado. Pidámosle con confianza al Señor el don de su Espíritu Santo, para que nos conceda acoger sus mandamientos con espíritu filial, y vivir como hermanos en la libertad de los hijos de Dios”.