Vive la Pascua Dominical en la Eucaristía Parroquial.
Una escalera para rescatar y servir.
En el Domingo de la propagación de la Fe, el DOMUND, en el que recordamos a los misioneros y misioneras extendidos por todo el planeta, encontramos una de las mayores lecciones para nuestra vida: la cosa está en servir. Es lo que hacen estos hermanos nuestros en los países más pobres de la tierra y en la sociedad secularizada: servir.
Fijaos lo que sucede en el Evangelio de este Domingo. Incluso los más cercanos a Jesús están próximos a la tentación del poder, de tener un nombre, un buen puesto, ser gente importante. No, no, no va por ahí el camino de Jesús. Lo nuestro, queridos amigos, es servir. La fe nos lleva al servicio y el servicio de los amigos de Jesús brota de la fe.
Un amigo sacerdote, que me ha metido cierta prisa para que escribiera el comentario al Evangelio, me pedía alguna idea para la misa de niños. Pues yo colocaría delante del altar un globo del mundo y una palangana al lado. Invitaría a los niños a que se acercaran y dijeran situaciones de nuestro mundo que necesitan ser arregladas, “lavadas”, alentadas… ¿Conocen a personas que den su vida por otros, que ayuden al mundo a salir de su tristeza, de su pobreza, de su hambre?
Por otro lado, siguiendo una idea que me gustó de Dolores Aleixandre rscj, hace unos años ella invitaba a colocar delante del altar una sillita bajita y un sillón. Quizá se pueda plantear a los niños y a los mayores dónde nos gusta situarnos, qué conlleva estar sentados en un sitio o en otro.
En fin, como nos sugiere Patxi, agachémonos para lavar los pies y dejémonos de méritos, reconocimientos y “medallitas”. La Iglesia no es un “podium”. Es una escalera para rescatar y servir. Es importante cada peldaño, cada paso, cada ayuda.
Señor, haznos misioneros de tu amor y amantes del servicio generoso a los que nos rodean. Queremos ser, misioneros desde aquí, al estilo de san Francisco Javier, de la Madre Teresa y del Padre Damián.
Fuente: Revista 21. Dibujo: Patxi Velasco FANO – Texto: Fernando Cordero, ss.cc.
Los primeros. 29º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo B.
La vida cristiana se juega en el día a día. En casa, con la familia, y en la calle, con los amigos y los compañeros de tareas. Yo no puedo ser «cristiano» sin los otros, sin los demás. Por eso debo preguntarme, antes o después, ¿me importan los demás? ¿Estoy dispuesto a hacer algo bueno, noble, que me sea costoso, por los demás? Jesús entendió su vida como «entrega por los demás». Este es el camino de los discípulos.