
Oración: el grito del corazón a Dios.
«Nadie dudará que es en vano el clamor que se eleva a Dios por lo que oran si se ejecuta por el sonido de la voz corporal sin estar elevado el corazón a Dios» (San Agustín. In Ps. 118, serm. 29,I).
Imagen de portada: «Atardecer en la ría de Huelva«. Autor: José Antonio Fernández.
Presentamos dos plataformas digitales para facilitar que el corazón se eleve a Dios. Difúndelas entre tus contactos. 😉
Rezando voy.
Una propuesta de oración en audio diaria. Iniciativa de los Jesuitas desde 2011. Propone la lectura del Evangelio de cada día y la lectura creyente de la propia vida. Hay una sección dedicada a los niños. Otra sección: Oraciones para el camino, material para peregrinar. Tiene más de 350.000 descargas diarias.
Evangelio orado.
Carmelitas proponen una app para rezar todos los días. Una iniciativa de oración, a la luz de los místicos del Carmelo, que acerca el Evangelio a tu móvil y tablet. Descárgate en la aplicación en las plataformas: Android: Google Play e IOS: App Store. Consulta el díptico.
La app ‘Evangelio Orado’ es una iniciativa de los carmelitas y propone una meditación para cada día. En muy pocos minutos explica el Evangelio del día y lo acompaña de reflexiones, textos y canciones.
MARÍA ROSARIO GIL BENITO. Carmelita Misionera y miembro del CIPE.
“La aplicación ‘Evangelio orado’ es una iniciativa de oración a la luz de los místicos del Carmelo. La ofrece el CIPE (Centro de Iniciativa Pastoral de Espiritualidad) y el grupo editorial FONTE”.
La meditación se compone de 6 partes: motivación a la oración, escuchar la oración diaria, lectura del Evangelio, breve comentario del quien reza, textos místicos del Carmelo, escuchar una canción y la oración final.
La plataforma busca facilitar el diálogo con Dios, y lo consigue ayudando a llevar el evangelio en el móvil o en el tablet.
“El objetivo es que se lleve la Palabra de Dios en el bolsillo. Que se pueda tener un encuentro de oración en cualquier situación, lugar o donde quiera que esté”.
Esta aplicación gratuita quiere dar a la vida un toque de solidaridad y espíritu misionero. Y enseña a reservarse unos pocos minutos cada día para un encuentro con Dios.