La✨FE✨lo cambia todo.✨

Leonor Mendoza, una joven ‘marcada’ por san Agustín

Tu palabra atravesó mi ❤️‍🔥corazón y te amé ✨✨

San Agustín. Confesiones, X, 6, 8.

«El testimonio de san Agustín me abre el corazón y enriquece mi vida.»

Leonor Mendoza.

Sudaderas ~ Tarde te amé

Aquí podéis leer como nace hacer las sudaderas ~ Tarde te amé ~ (San Agustín) y quiero aprovechar para dar GRACIAS a Don Jerónimo Hernández Almela, grande nuestro Párroco Fuente Álamo agradecida eternamente por su dedicación y esfuerzo por tener esa gran paciencia con todos, Dios te bendiga.

Escribe San Agustín: “Tarde te amé”. Desde hace un tiempo he visto como esta frase del santo de Hipona ha marcado los últimos acontecimientos de mi vida. Ese Amor con mayúsculas es el que durante mucho tiempo he buscado, ya que siempre he sentido como en mí había un vacío insaciable. Esta historia comenzó el día que por casualidad escuché un canto titulado: “que tarde te amé”. Tras escucharlo varias veces y compartirlo en algunas redes, conocí que ese canto tan emocionante no era extraño para mí, pues su creador había sido san Agustín, el patrón de mi parroquia.

La parroquia fue el lugar donde, por medio de unas catequesis para adultos, pude encontrar ese Amor que cambio mi mirada, el sentido de ver las cosas. Ahora vivo llenándome de Él a través de la música, el canto, la Palabra de Dios y sobre todo el testimonio de San Agustín, el cual me abre el corazón y enriquece mi vida.

¿Cómo nace el hacer estas sudaderas? Quiero compartir el testimonio de mi conversión con todos, al igual que quiero seguir llenándome de testimonios de fe. Este verano me ha surgido la oportunidad de ir a Medjugorje, con el dinero podré costearme el viaje. Una vez que tenga, económicamente lo necesario, quiero ayudar a más personas a conocer este Amor de Dios que transforma la vida de las personas. Dios es amor y nosotros somos testigo de esa misericordia que llevamos en vasijas de barro.

Leonor Mendoza

Despierta, tú que duermes, levántate de la muerte, y te iluminará el Mesías.

Efesios 5,14.

Tarde te amé, del libro Confesiones, de San Agustín.

¡Qué tarde te amé! (Letra)

Tú te hallabas dentro de mí y yo tan lejos, tan lejos de ti cómo me encontraba, faltó de hermosura me precipitaba hacia las cosas que creaste para mí.

Qué tarde te amé, qué tarde te conocí, belleza siempre antigua y siempre nueva.

Tú estabas, estabas conmigo, pero yo no estaba contigo y me retenía lejos de ti aquellas cosas que al no estar en ti no podrían existir.

Qué tarde te amé, qué tarde te conocí, belleza siempre antigua y siempre nueva.

Pero tú, tú me llamaste, me gritaste, rompiste mi sordera, resplandeciste y brillaste delante de mis ojos, la ceguera. Mi ceguera.

Qué tarde te amé, qué tarde te conocí, belleza siempre antigua y siempre nueva.

Derramaste tu perfume y yo lo aspiré ahora suspiro y gusto de ti ahora siento hambre y y sed de ti, me tocaste y abrazarte con la paz que procede de ti.

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