Pascua Dominical. Eucaristía en Casa y la Parroquia.
Semana Santa
Con la Pasión de Jesús, que proclamamos el Domingo de Ramos, ”el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”. Se rompe lo antiguo, lo que aleja, lo que distorsiona la imagen de Dios que es amor y bondad. Ya no hay velo, ni ocultamiento, detrás de la Cruz está el Amor del Padre, hacia el Hijo y hacia la humanidad.
Tiempo santo para “desvelar” al que nos acompaña en todo momento, incluso en nuestras múltiples pasiones y dolores. Amor desvelado para la samaritana y los que tienen sed de existencia. Amor desvelado para los pródigos de la vida. Amor desvelado para los que han vuelto a caminar. Amor desvelado para la que encontró las monedas perdidas. Amor desvelado para los que la vida les rompe por dentro y por fuera. Amor que se hace donación y nos desvela cómo hacernos donantes. Sí, donantes de vida, siempre.
Caminemos contigo hacia la Pasión, Señor Jesús. Hoy con nuestras palmas y cánticos. Dentro de un momento con nuestro olvido y la cruz.
Tu verdadero yo – Domingo de Ramos, Ciclo B
Mc 14,1-15,47. Ante la dificultad todas las personas sacamos nuestro verdadero yo… con frecuencia eso significa mostrar nuestra peor versión, pero está a nuestro alcance cambiar eso. Solo hay una cosa que nos salva de nuestra peor versión, la Fe.
Fuente: Editorial Verbo Divino (EVD).