Pascua Dominical. Eucaristía en Casa y la Parroquia.

Movernos por la ola de Jesús

Jn 6,1-15. El amor multiplica, nunca resta ni divide, potencia lo mejor que hay en nosotros. Multiplicar con amor no es lo mismo que dar la espalda de manera indiferente, sino caminar con alegría y esperanza llevando y compartiendo aquello que el propio Jesús aumenta en nosotros.

Siempre es posible el milagro, cuando estamos cerca del Maestro y levantamos los ojos como Él. Si nos doliera el prójimo como a Jesús, no estaríamos en crisis, ni en recesión ni con tantas malas noticias en la portada de nuestro día a día. El egoísmo divide, resta y destruye la unión, el compartir y la aventura de la fraternidad.

Yo, me quedo con Jesús, porque en sus manos todo se multiplica y los pobres reciben la Buena Noticia. ¿Y tú? Que este tiempo de verano sea tiempo para multiplicar… amor. Dejémonos mover por la ola del Espíritu de Jesús.

Dibu: Patxi Fano. Texto: Fernando Cordero ss.cc.

Compartir cotidiano – 17º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo B

Jn 6, 1-15. Cuando compartimos hay abundancia de vida y, muchas veces, sobra. Compartir es uno de los grandes desafíos de nuestro mundo. Estamos viviendo una situación absurda pues nunca ha habido tanta riqueza y, al mismo tiempo, tantos pobres como ahora. Tal vez nos estamos acostumbrando a vivir con un horizonte estrecho y mezquino, únicamente preocupados por nuestros propios intereses. ¿Esperaremos entre quejas y lamentos, con los brazos cruzados, a que los ricos compartan, un día, con los pobres? Habrá que exigirlo, pero también habrá que remangarse y seguir poniendo encima de la mesa de la vida nuestros cinco panes y dos peces. ¡Que importante es compartir! Es aportar nuestro trozo de pan para hacer posible la mesa del Reino y la mesa de la Eucaristía. ¡Que importante compartir nuestro tiempo, alegría, trabajo, dinero, compañía…! Dejémonos enseñar por los más pequeños y débiles.

Fuente: Editorial Verbo Divino (EVD).