Evangelizar desde la perspectiva de la misión.
Foto de portada: Visita Pastoral del Obispo en la Iglesia de El Pilar. Video: Iglesia de San Pablo.
Apunte personal
En los años que fui Párroco en la Parroquia de Santa Clara (2010-14) compartí el don de la comunión eclesial y la misión evangelizadora en el Barrio de San Pablo de Sevilla. Algunas experiencias fueron especialmente significativas: Visita Pastoral del Obispo (2013), Encuentros arciprestales de niños y familias de catequesis, etc. Más info.
P.José Luis Miguel González,OSA
Archisevilla. Este año 2018 se cumplen cinco décadas de la construcción de la populosa barriada situada en una extensión de la ciudad que ahora ocupa el distrito San Pablo-Santa Justa. El Polígono de San Pablo, que entonces fue el destino de muchas familias procedentes de otras barriadas de la capital, cuenta ahora con unos 22.000 habitantes, que son atendidos espiritualmente en cinco parroquias con una intensa actividad pastoral.
El Polígono de San Pablo se divide en cinco fases, construidas entre 1964 y 1976 y que recibieron los nombres de las cinco primeras letras del abecedario. Al tiempo que se procuraba un equipamiento urbano a esta nueva barriada, se asignaba una parroquia a cada fase. Así, la Parroquia de San Pablo se encuentra en la fase A, la de Nuestra Señora del Pilar en la B, la de San Juan de Ribera (que comienza su actividad en las casitas bajas) en la C, la Parroquia de San Ignacio de Loyola (dirigida por los religiosos trinitarios) en la D y, finalmente, la de San Francisco Javier en la D. En la escenografía de cuatro de estos templos jugó un papel crucial un artista con una impronta personalísima: Santiago del Campo.
Las cinco parroquias se encuadran en el arciprestazgo que lleva el nombre del apóstol de los gentiles, y en el que también se agrupan las parroquias de Santa Clara y Santo Cristo del Perdón. El arcipreste es José Manuel Martínez, que este año cumple sus bodas de plata sacerdotales (recibió el Orden de manos del papa Juan Pablo II). Llegó al barrio en 2008, y no olvida la buena acogida que tuvo tanto entre los compañeros como en el resto de la comunidad parroquial. Agradece que se trabaje en conjunto y no se cansa de ponderar la buena base que hay en el barrio, “con unos cristianos fantásticos, con los que se puede trabajar y en los que se puede confiar”.
De ayer a hoy
Esta efeméride se celebró el pasado 25 de mayo, jornada muy especial para todo el barrio en la que se trasladó al titular de la hermandad del Polígono, el Señor Cautivo y Rescatado, a la Parroquia de San Ignacio, y que tuvo su momento central en la Eucaristía que presidió el Arzobispo de Sevilla. En este contexto, no han faltado referencias a los orígenes, el inicio de una actividad pastoral que no habría sido posible sin la implicación de numerosos laicos y el empuje de sacerdotes como el recordado Fernando Isorna, primer párroco de San Pablo, su sucesor Antonio Rodríguez, Eladio Montaño, José Morillo, y otros más recientes, como es el caso de Manuel Moreno Reina, párroco de San Juan de Ribera, que acaba de celebrar sus bodas de oro sacerdotales. Esta mirada retrospectiva ha llevado también a recordar algunos pasajes memorables, como la generosa colaboración de todas las parroquias y comunidades de religiosos de la Archidiócesis, que realizaron una colecta cuya recaudación resultó decisiva a la hora de acometer la construcción del templo de San Juan de Ribera.
La actualidad de la pastoral en el barrio pasa necesariamente por “evangelizar desde la perspectiva de la misión”, según destaca el arcipreste. Por su parte, Moreno Reina apunta la necesidad de atender espiritualmente a una población de avanzada edad que necesita un acompañamiento que se procura desde los grupos de Pastoral de la Salud o de Cáritas. Los salones parroquiales son puntos de encuentro para todos los vecinos, y acogen cada día una intensa actividad dirigida sobre todo a las mujeres. Además de la catequesis, la oferta formativa va desde orientaciones para la atención de los más mayores, hasta clases de ayuda a domicilio o cursos de adaptación orientados a una comunidad inmigrante que no es muy estable. Destaca también la atención a la comunidad reclusa y a los familiares de las personas privadas de libertad, cometido que se dirige desde la comunidad trinitaria, con el párroco Pedro Fernández al frente.
La hermandad del barrio
Desde su creación como asociación de fieles en septiembre de 1979, la Hermandad del Cautivo ha concitado en torno a sus titulares una gran devoción, hasta el punto de ser considerada hoy como la Hermandad del Polígono. José Manuel Martínez subraya el gran aumento que ha experimentado la práctica sacramental en su sede, la Parroquia de San Ignacio, y la ayuda que supone la corporación del Lunes Santo en la tarea que desarrolla la Iglesia en las cinco fases del barrio. Pero no es la única aportación eclesial en este campo. En la Parroquia del Pilar hay un grupo del Movimiento Scout Católico que presta un destacado servicio en el ámbito juvenil.
“Somos herederos de una buena cosecha”. De esta manera resume el arcipreste de San Pablo el espíritu que respalda la labor de conjunto que se lleva a cabo desde las parroquias del barrio. “Hay una buena semilla de evangelización”, añade antes de puntualizar que “estamos contentos, pero no satisfechos”. Cincuenta años después, y como no podía ser de otra manera, la Iglesia sigue siendo reconocible en las calles y plazas de la periferia de una ciudad que ha vuelto su mirada hacia una barriada “con una fuerte identidad”, con una historia de superación y que mira al futuro con esperanza.