Portada: Teresita sufrió un cáncer muy agresivo, pero su amor por Jesús aumentó durante la enfermedad.
Conmovedor testimonio de fe de la pequeña. Carta del agustino Ángel Camino, vicario episcopal de Madrid.
El P. Ángel Camino Lamelas, OSA, vicario episcopal de la Vicaría VIII de Madrid, da testimonio de su encuentro con ella y del gran amor que manifestaba por Jesús.
Teresita Castillo es una niña de Madrid, gravemente enferma de cáncer, que falleció el pasado domingo día 7. Tenía un tumor en la cabeza. El 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, el padre Ángel Camino –vicario episcopal de Madrid– la visitó en el hospital de La Paz. Le iba a dar la comunión y le administró la Unción de los enfermos.
La pequeña lo dejó impactado al decirle que quería ser misionera. Y el vicario tomó la determinación de nombrarla misionera inmediatamente.
A continuación, se pueden escuchar unas palabras de Teresita, que grabó su madre poco antes de que falleciera:
«Ejemplo para todos»
Ha sido el propio sacerdote quien ha hecho pública una carta en la que da a conocer los detalles de aquel encuentro y lo que sucedió a continuación. Las palabras de Teresita son un «testimonio de amor a Jesús en medio del sufrimiento» que sirven de «ejemplo para todos», afirma.
En los pocos días que han transcurrido desde el fallecimiento de la pequeña, Teresita se ha convertido en «protectora para los niños en misión».
Y es que muchas personas rezaron por Teresita y su ejemplo de fe ha supuesto un terremoto interior para muchos, comenzando por Ángel Camino, tal como puede leerse en su carta.
La carta íntegra
Por esta razón, a continuación publicamos el texto completo (los títulos son de Aleteia):
«Queridos sacerdotes,
Esta vez no os escribo para convocaros a ninguna reunión ni para pediros estadísticas o comunicaciones. Esta vez os escribo, simple y llanamente, para notificaros el fallecimiento de una niña que ha repercutido mucho en mi vida personal y como Vicario. Una niña: Teresita; y unos padres: Teresa y Eduardo. ¡Una familia cristiana!…
Os explico brevemente. El pasado 11 de febrero, Jornada del enfermo, este año he ido a celebrar la Eucaristía al Hospital de La Paz. La he celebrado acompañado de los capellanes y de una variada asamblea: médicos, enfermeras, familiares de enfermos, etc. Al concluir la Eucaristía, acostumbro a ir con los capellanes a visitar a algunos enfermos para administrarles la Unción o darles la comunión. Esta vez los capellanes, sabiendo mi costumbre, habían propuesto que fuera a visitar a una niña gravemente enferma, que la operaban de un tumor en la cabeza al día siguiente. Con muchísimo gusto acepté la propuesta. Hemos llegado a la UCI debidamente equipados, he saludado a médicos y enfermeras, y acto seguido me han llevado a la cama de Teresita que estaba junto a su madre Teresa. Un vendaje blanco rodeaba toda su cabeza, pero tenía la cara suficientemente descubierta como para percibir un rostro verdaderamente brillante y excepcional. La he saludado con todo afecto, indicándole que en ese momento venía en nombre del Sr. Cardenal Arzobispo de Madrid para traerle a Jesús.
«Yo quiero mucho a Jesús»
Ahora os entrecomillo las expresiones de Teresita; me dice: «¿me traes a Jesús verdad?», sí, le respondo, te traigo a Jesús y la fuerza del Espíritu Santo con la Unción. A continuación me dice: «¿Sabes una cosa? Yo quiero mucho a Jesús». Lo oye su madre y dirigiéndose a su hija le dice: «dile a Ángel lo que tú quieres ser». Mira fijamente a su madre y le dice: «¿Se lo digo de verdad?» y la mamá dice: «tú verás». Teresita me dice: «yo quiero ser misionera».
«Rezo para que muchos niños conozcan a Jesús»
Me impacta tanto su respuesta, totalmente inesperada para mí, que cogiendo fuerzas de dónde no tenía, por la emoción que me produjo su respuesta, que le digo: «Teresita, yo te constituyo ahora mismo misionera de la Iglesia, y esta tarde te traeré el documento que lo acredita y la cruz de la misionera». Ella añade: «P. Ángel ¿sabes una cosa?: yo rezo para que muchos niños conozcan a Jesús». A continuación le he administrado el Sacramento de la Unción, le he dado la comunión y la bendición apostólica del Papa Francisco. Ha sido un momento de oración, sumamente sencillo pero profundamente sobrenatural. Se han unido a nosotros algunas enfermeras que espontáneamente nos hicieron unas fotos, para mí totalmente inesperadas, y que quedarán como un recuerdo imborrable. Nos hemos despedido mientras ella con su mamá se quedaba rezando y dando gracias.
La cruz de misionera
Esa mañana tenía una reunión de Arciprestazgo; en cuanto la terminé fui directamente a la Vicaría y ayudado por los secretarios Miguel y Mª Pilar, elaboramos el oficio de misionera bajo un pergamino verdaderamente precioso. Recogí la cruz de la misionera y a las cinco de la tarde regresé de nuevo al Hospital de La Paz. Me estaban esperando los capellanes y fuimos derechos a la UCI nuevamente. En cuanto me ve la mamá dice en voz alta: «Teresita ¡no me lo puedo creer! Viene el Sr. Vicario con el regalo para ti». La niña que estaba medio dormida se despertó de inmediato y cogió entre sus manos el documento y la cruz. La mamá se lo lee en voz alta, mientras ella escucha atentamente y ocurre lo que nos imaginábamos, se emociona hasta que la madre la consuela, y Teresita dice en voz alta: «esa cruz pónmela en la barra para que la vea bien, y mañana la llevo al quirófano. Ya soy misionera». Nos despedimos con estas palabras de Teresita: «Entonces P. Ángel ¿soy misionera?», y yo respondo «tú eres misionera».
Nueva protectora para los niños en misión
Aquí podría terminar el relato de esta sencilla y profunda experiencia. Lo que yo no me podía imaginar es que a través de los contactos de los padres, este testimonio llegó a oídos del Delegado Nacional de Misiones. Me llama al día siguiente y me hace esta pregunta: «¿tú has constituido en el Hospital de La Paz a una niña misionera?» efectivamente, le digo, «ayer después de darla la unción y la comunión, la constituí misionera con la oración preceptiva y posteriormente le llevé el documento y la cruz de la misionera». A continuación me dice: «este testimonio ha dado la vuelta en todo el mundo misionero de España y ya han puesto a Teresita como una nueva protectora para los niños en misión». Posteriormente los papás me han ido reenviando mensajes de distintas personas impactadas por el testimonio de Teresita.
Bendición para Teresita
Hoy domingo, 7 de marzo, a las 9:00 h. Teresita ha partido hacia el cielo. Se la ha velado en el Tanatorio de El Escorial. Estando rezando el Rosario con los papás y el aforo al máximo permitido, me ha llamado el Sr. Cardenal, D. Carlos Osoro, para hacerse presente. Han sido unas palabras llenas de esperanza que han consolado abiertamente a los padres, familiares y niños compañeros de Teresita. Ha concluido D. Carlos dando la bendición a Teresita de cuerpo presente y a todos los acompañantes.
«Ya soy misionera»
Cuando he creído que estaba todo terminado, la tía de Teresita en voz alta y delante de todos en la sala del Tanatorio me dice: «P. Ángel ¿me permite que le ponga el audio que Teresita me envió el mismo día que usted la constituyó misionera?». Por supuesto, respondí, y textualmente oímos con una voz muy suave, como de alguien que está cansado, pero que saca fuerzas de dónde no las tiene, y dice: «Hola tía, te cuento una cosa muy importante para mí, esta mañana después de recibir la Unción y la comunión, el Vicario de Madrid me ha constituido misionera: ya soy misionera». Como os podéis imaginar quedé sin palabras.
El entierro será mañana día 8 de marzo a la misma hora que la Eucaristía por D. Tomás Juárez. Los padres han comprendido perfectamente que no pueda acompañarles físicamente. Estaré en la Misa de gloria que celebrarán a finales del mes de marzo.
Disculpad la extensión de la carta pero si este testimonio no lo comparto con los sacerdotes, vida consagrada y laicos de la Vicaría VIII ¿con quién lo voy a compartir?.
Os invito, pues, a que recéis por Teresita y, sobre todo, a que os encomendéis a ella porque estoy convencido que va a proteger de un modo especial a toda la Vicaría VIII, en la cual ella fue constituida misionera. Recibid un fuerte y fraterno abrazo.
Ángel Camino Lamela, osa. – Vicario Episcopal. Vicaría VIII
Fuente: Aleteia. Dolors Massot – 09/03/21.
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Documental
El 7 de marzo de 2021 fallecía, con tan solo diez años, Teresita Castillo de Diego. La noticia recorrió el mundo a través de los medios de comunicación y las redes sociales, porque «la niña misionera» nos había ya robado el corazón a todos, y seguíamos con atención la evolución de su enfermedad. Para ella, ser misionera era sufrir para que las almas conocieran a Jesús. ¡Y cuánto sufrió Teresita! Pero, guiada interiormente por Jesús y sostenida por la profunda fe de sus padres, ofreció sus sufrimientos por los sacerdotes y «para que muchos niños conozcan a Jesús y vayan al Cielo felices para siempre, siempre». Nos hablarán de Teresita, en este documental titulado «Teresita, la niña misionera», sus padres, Eduardo Castillo y Teresa de Diego, su abuela Teresa González Alió y su tía Marta de Diego, así como su mejor amiga y algunos de sus primos. A través de su testimonio descubriremos que la misión de Teresita de acercar las almas a Jesús no ha terminado. Y cada uno de nosotros nos sentiremos interpelados por la generosidad de esta pequeña misionera.
Fuente: HMTelevisión.
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