En la audiencia general, el Pontífice explicó el sacramento de la confirmación
Aleteia. Texto: Ary Waldir Ramos Díaz
El papa Francisco en la catequesis de hoy instó a dejarse guiar por la sabiduría del Espíritu, que es un regalo de Dios.
“El testimonio dado por el confirmado manifiesta la recepción del Espíritu y la docilidad a su inspiración creativa”, expresó el Sucesor de Pedro durante la audiencia general de este miércoles 23 de mayo de 2018 en la Plaza de San Pedro.
El Obispo de Roma sostuvo que el Espíritu Santo es el aire que llena los pulmones de la Iglesia y está en todos los bautizados: “Él nos guía”.
Después de las catequesis sobre el bautismo, el Papa reflexionó sobre el significado de la confirmación. Es decir, el sacramento por el cual Jesucristo otorga una especial donación del Espíritu Santo a un bautizado.
La sabiduría en las obras cristianas
Francisco manifestó que el Espíritu nos enseña la sabiduría. “¿Cómo vemos que hemos recibido el Don del Espíritu?”, preguntó el Pontífice a los cerca de 20.000 fieles y peregrinos presentes. “Si realizamos las obras del Espíritu, si hablamos palabras enseñadas por el Espíritu” (véase 1 Cor 2:13).
Así instó a la experiencia del mensaje del Evangelio: “El testimonio cristiano consiste en hacer solo y todo lo que el Espíritu de Cristo nos pide, otorgándonos la fortaleza para hacerlo”.
Asimismo, reiteró que la confirmación se trata de un compromiso cristiano permanente, pues “robustece la gracia bautismal”.
“Se llama también crismación, porque con la unción del crisma se recibe al Espíritu Santo, para que el cristiano se conforme cada vez más a Cristo y se comporte siempre como hijo de Dios”.
Comportarse como hijos de Dios
El Papa invita a una experiencia del Dios viviente. “Cristo fue ungido por el Espíritu Santo, y toda su vida estuvo animada por el Espíritu; de la misma manera, la vida de la Iglesia, y de cada uno de sus miembros, ha de estar guiada por el mismo Espíritu”.
El Obispo de Roma indica que sin la fuerza del Espíritu Santo no se puede hacer nada. “El Espíritu descendió con su fuerza sobre los Apóstoles el día de Pentecostés, y recibieron el impulso misionero de entregar sus vidas por la santificación de los hombres, para gloria de Dios”.
Asimismo, recordó que Jesús mismo se presenta en la Sinagoga de Nazareth como “el ungido por el Espíritu”.
“En la confirmación, Cristo nos colma con su Espíritu y nos consagra como testigos suyos, nos hace partícipes de su misma vida y misión. El testimonio cristiano consiste en hacer todo lo que el Espíritu de Cristo nos pide, dándonos su gracia para cumplirlo”.
Al final, el Papa saludó a los peregrinos. “Con el recuerdo todavía reciente de la pasada fiesta de Pentecostés, pidamos a la Virgen María que nos ayude a ser dóciles al Espíritu Santo, para que sepamos dar a nuestro alrededor un testimonio vivo de santidad y amor, entregándonos en todo momento al bien de los demás”, concluyó.