Renovador de la Catequesis en Argentina.
Apunte personal
En octubre de 1987 tuve oportunidad de participar en Rosario en el Segundo Congreso Catequístico Nacional, homenaje a los veinticinco años del primero, realizado en Buenos Aires en 1962. El Congreso reunió a más de quince mil agentes de pastoral en jornadas de estudio y reflexión, evidenciando una vitalidad catequística sorprendente. Las recomendaciones de este Segundo Congreso Nacional y las sugerencias de congresos catequísticos diocesanos dieron lugar a que el Episcopado Argentino elaborara orientaciones sobre la nueva evangelización, el itinerario catequístico permanente, el contexto eclesial, la formación de catequistas y la pastoral orgánica. Doy gracias a Dios por el regalo del Congreso donde pude conocer a muchos catequistas y a Frans De Vos, renovador de la catequesis en la Argentina.
P.José Luis Miguel González,OSA
AICA. Texto: José Luis Quijano.
El presbítero Frans De Vos, cuyo verdadero nombre era Francisco Enrique Luis María De Vos, nació en Schoten (Bélgica) el 22 de agosto de 1931. Fueron sus padres Roque Renato De Vos y Augusta Van Ballaert. De este hogar profundamente católico además de Frans para el sacerdocio, surgió otra vocación: su hermana Frida para la vida consagrada. Completan la familia otros dos hermanos: Filomena y Enrique.
De joven vivió intensamente el scoutismo y como scout peregrinó en bicicleta a Roma en el año Santo de 1950 con otros compañeros. Esta peregrinación fue muy importante para su vida por que en ella decidió hacerse sacerdote, como lo recordó años más tarde. Le había impactado la propuesta de Pío XII para enviar sacerdotes misioneros a América Latina. Para responder a este llamado ingresó en el seminario para América Latina en Malinas (Bélgica), donde cursó Filosofía y Teología.
En esos años nació también su vocación catequística. Haciendo tareas de práctica pastoral en un colegio cercano se hizo cargo de la hora de religión. Su desempeño fue tan bueno que el profesor a cargo de la cátedra al finalizar lo llamó aparte y le dijo que tenía el don de la catequesis.
Fue ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1956. Sintió que había llegado la hora de realizar su proyecto y trasladarse a América Latina. En marzo de 1957 llegó al puerto de Buenos Aires y de inmediato se trasladó a Ciudadela, provincia de Buenos Aires, para dedicarse a la formación de los jóvenes que ingresaban en el Instituto de los Oblatos Diocesanos, recientemente fundado por el presbítero Agustín Elizalde.
Al poco tiempo se incardinó en la nueva diócesis de Lomas de Zamora, en la que se desempeñó como párroco en San José de los Obreros (Gerli) de 1963 a 1967; Nuestra Señora de la Piedad (Temperley) de 1967 a 1970; y San Pío X (Temperley) de 1970 a 1992.
Es en el ámbito de la Pastoral Catequística donde su labor es ampliamente conocida en la Argentina y el resto de Latinoamérica.
Fue importante animador del I Congreso Catequístico Nacional, celebrado en Buenos Aires en 1962, que fortaleció la renovación que se iba dando en la catequesis.
Fue fundador del Instituto Superior de Catequesis Argentino (ISCA) del que fue rector de 1963 a 1990.
Durante varios períodos fue miembro de la Junta Nacional de Catequesis, dependiente de la respectiva comisión episcopal.
Animador y organizador del II Congreso Catequístico Nacional celebrado en Rosario en 1987.
Durante treinta años (de 1967 a 1997) fue director diocesano de Catequesis en Lomas de Zamora.
Es autor de numerosas publicaciones para la catequesis y miembro redactor de documentos episcopales sobre la materia. De entre sus obras se destacan: La Biblia del Niño (editada en fascículos), Los desafíos de la New Age, Cómo leer el Catecismo de la Iglesia Católica, Metodología Catequística, Pensar la Catequesis, Temas Prácticos para catequistas, y Catequesis… años de Historia, narrado en primera persona.
Formador de varias generaciones de catequistas, los que lo conocieron destacan su disponibilidad para escuchar y orientar a todos. Aun en momentos críticos no dejó de testimoniar su amor a Jesucristo y a la Iglesia. Decía: “Amo a la Iglesia también con sus debilidades”.
El mal de Parkinson se hizo presente en su vida y lentamente fue limitando su actividad, hasta que en 2003 dijo: “Adiós a la Argentina, una experiencia inolvidable”, y se instaló en su patria, Bélgica, a la espera de poder participar en la Pascua del Señor que aconteció el 9 de abril de 2006.
1 comentario
Gracias por seguir manteniendo viva la memoria de Frans De Vos y de su obra. Y me alegra mucho que hayas incluido varios de los videos que hice en su honor. Muchas gracias nuevamente. Christian Curia