Vive la Pascua Dominical en la Eucaristía Parroquial.
La revolución del hijo del carpintero comenzó cuando se propuso tallar un hombre o una mujer con formas de corazones. Parece que los que son duros y cerrados en su interior son madera imposible para la talla. El hijo del carpintero quiere tallar, formar nuevas vidas con el Amor. No hace falta más milagro que el diseño de su Corazón. El Corazón de Jesús talla corazones para que aprendamos a amar, sin necesidad de nada más. El hijo del carpintero nos tiene desconcertados. Buscamos signos y Él mismo se nos da con el mayor de ellos: el Amor. El hijo del carpintero no sería profeta hoy en su tierra. Ya no se valoran a los carpinteros, auténticos ebanistas del corazón. El hijo del carpintero quiere habitar en una casa, en la que se han cerrado a cal y canto las puertas. Esa casa eres tú. Esa casa es la Iglesia. ¡Abramos puertas y ventanas de par en par!
Fuente: Revista 21. Dibujo: Patxi Velasco FANO – Texto: Fernando Cordero, ss.cc.
Profetas de hoy.
Gracias a Dios que existen hombres y mujeres que ven con lucidez las necesidades de los olvidados, que se dejan tocar en el corazón por su sufrimiento, y ofrecen su voz, sus manos, su saber y su tiempo… para denunciar… para anunciar una esperanza. ¡Necesitamos estos profetas de hoy!