Vive la Pascua Dominical en la Eucaristía Parroquial.
En Pascua se nos invita a ahondar en nuestra fe. Eso tiene sus riesgos y posibilidades. Algunos quedan atrapados en la perplejidad, la eterna duda, esperar algo espectacular ajeno a la armoniosa y cotidiana luz del encontradizo de Emaús… La Pascua nos compromete. Comulgar es tocar el costado de Cristo. Es recibir, nada más y nada menos, que su Corazón. Esto no nos puede dejar igual. Conmueve y renueva, despierta y nos pone las pilas. Seamos Iglesia esperanzada o Iglesia convaleciente, la eucaristía nos permite entrar en la dinámica de la vida del Resucitado y su compromiso con los más excluidos. Si no tenemos estos días el corazón cerca de Sri Lanka, mal asunto. Y es que la Pascua es mucha Pascua. Sigamos disfrutando de las escenas que nos regala el Evangelio.
Fuente: Revista 21. Dibujo: Patxi Velasco FANO – Texto: Fernando Cordero, ss.cc.
Renace la Esperanza
Es tiempo de descubrir la forma de poder vivir «resucitados». Animar a los cansados, empujar más fuerte cuando las cosas se ponen cuesta arriba, pedir ayuda, estar dispuestos a echar una mano donde haga falta y, sobre todo, celebrar los pequeños pasos, las metas alcanzadas y sentir cómo la vida late y crece donde se comparte, se ayuda y, así, llega para todos. El ser y sentirse comunidad es propio de los y las seguidoras de Jesús.
El 30 de mayo se cumplen 100 años de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús.