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Más que abuelos. Aprender a ser abuelos

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Trabensol, envejecer en común

Más que abuelos.  La cooperativa Trabensol, en Torremocha del Jarama (Madrid), es una de las primeras experiencias en España de vivienda colaborativa o cohousing. Muchos de sus miembros empezaron con este sueño hace décadas y en 2014, después de mucho luchar, por fin pudieron verlo hecho realidad. Trabensol es una comunidad autogestionada y sostenible, en la que viven actualmente 84 personas, con una media de edad de 74 años. La mayor parte del complejo, especialmente diseñado para este uso, son zonas comunes (comedor, talleres, huerto, jardines, etc.) y tiene 54 viviendas de 50 metros cuadrados.

Pioneros del cohousing en España

Torremocha del Jarama es un pequeño pueblo de la sierra madrileña con unos 700 habitantes. La construcción de Trabensol ha elevado la población del lugar e, incluso, ha creado puestos de trabajo, ya que el complejo da empleo a una decena de personas en los diferentes servicios que no realizan los propios socios de la cooperativa. El centro se ha convertido en un elemento dinamizador del pueblo, ya que sus socios utilizan los servicios públicos de Torremocha (incluso forman parte del actual Ayuntamiento) y, de forma paralela, los vecinos participan en algunas de las actividades que organizan en el centro, como yoga, cine fórum, etc.

La cooperativa tiene una nutrida lista de espera de personas que han sido aceptadas como posibles socios, pero de momento los 54 apartamentos están completos y sus habitantes gozan de excelente salud. Son 84 personas, de 108 posibles, lo que implica que 24 viven solas en sus apartamentos y las otras sesenta lo hacen en pareja. Los 54 socios forman una cooperativa que es propietaria del conjunto y a la que aportaron inicialmente la misma cantidad; en cualquier momento pueden recuperar su aportación, que es igualmente transmisible por herencia, sin embargo no pueden vender directamente su vivienda cuya propiedad es comunitaria. Los nuevos socios deben ser aceptados por una comisión de admisiones, y existe una rigurosa lista de espera. El rango de edad para dicha lista se sitúa entre los 50 y 70 años de edad; si se cumple la edad máxima estando en la lista, se sale automáticamente de ella. Sin embargo, una vez aceptado como socio ya no hay límite de edad para permanecer en Trabensol.

Actualmente, con una media de 74 años de edad, no existen problemas de dependencia en la cooperativa, que soluciona sus necesidades de salud en el cercano Centro de Salud de Torremocha y en la red sanitaria de la Comunidad de Madrid. No obstante, Trabensol cuenta con dos habitaciones preparadas para facilitar atención médica que exija cuidados especiales. Del mismo modo, los socios tienen hechos estudios para la progresiva introducción de nuevos servicios conforme la media de edad vaya elevándose y aparezcan nuevas necesidades que requieran nuevas atenciones.

Como cualquier cooperativa, Trabensol se rige por una Comisión Gestora elegida entre todos los socios y renovada periódicamente que toma todas las decisiones, desde las financieras y organizativa hasta los menús semanales (la comida de mediodía se hace siempre en el comedor común). Además, todo en Trabensol se gestiona en común, por lo que existen una docena de comisiones que contemplan la totalidad de los problemas: desde las actividades físicas y culturales (talleres de todo tipo) hasta la intermediación y resolución de conflictos, que contempla las posibles desavenencias surgidas en el día a día entre los socios.

Los miembros de Trabensol definen su cooperativa como un centro social de convivencia, formado por gente amiga y solidaria, socialmente activa, amistosa y acogedora. Organizados en una cooperativa democrática y sin ánimo de lucro, para dar una respuesta colectiva, posible y satisfactoria a sus necesidades de personas mayores. Sus objetivos fundamentales son lograr una vida rica en interrelaciones y actividades, que ayude a mantenerse en forma, tanto física como intelectualmente; una forma satisfactoria de vivir, la convivencia, la cultura y el ocio activo. Igualmente pretenden alcanzar una independencia en compañía y un clima afectivo de amistad y cooperación, así como cultivar las cualidades y aficiones de cada uno, participar de las actividades del pueblo y favorecer las relaciones familiares gratuitas y cercanas sin que supongan una carga. De momento, parece que lo está consiguiendo.

Más información:  Cohousing: ¿por qué no vivimos todos juntos?
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Sacerdote católico y agustino (OSA). Pedagogo, educador, evangelizador digital. Aljaraque (Huelva) España. Educación: Universidad Pontificia Comillas.
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