Para acompañarse en este tiempo de gracia y bendición.
Testimonio de Esther García Rodríguez, catequista en Moguer
«Este Adviento, a mis 30 años y como catequista, descubro que también yo necesito que Dios vuelva a nacer en mi vida. En medio del ritmo acelerado, de las responsabilidades y de las dudas, el Señor me invita a detenerme, a respirar y a dejarme sorprender por su presencia sencilla.
Cada semana, mis niños me recuerdan que la fe no es tener respuestas perfectas, sino abrir el corazón, como ellos lo hacen. Ellos me enseñan a confiar, a esperar y a creer de nuevo.
En este tiempo quiero pedirle al Señor un corazón disponible, humilde y alegre, para reconocerlo en lo cotidiano y ayudar a otros a encontrarlo también. Que este Adviento nos renueve, nos despierte y nos haga sentir que Dios sigue viniendo, especialmente cuando más lo necesitamos.» 
Testimonio de Arantxa Toledo Mira, catequista en Sevilla
«Para mí el Adviento es el primer reto grupal de año litúrgico. Millones de cristianos tratando de ser mejores personas a la vez, juntos… Tenemos un grupo de apoyo a lo largo de todo el planeta para ayudarnos a conseguirlo y pocas veces reparamos en ello. ¿Te unes al reto?»
Testimonio de Elsa Suárez Álvarez-Cascos, catequista en Oviedo
«Cómo catequista en Oviedo, recordaré siempre un día de Adviento en que como cada día de catequesis reservamos en nuestra «reunión» el sitio de Nuestro mejor amigo, Jesús….es una silla como las nuestras y situada entre las nuestras, las de los niños y la mía; desde que propuse a los niños reservar ese sitio con nosotros para Jesús, siempre se respetó…. pero un día, era de Adviento, yo llegaba muy justa de tiempo a nuestra reunión y sin darme cuenta dejé mi bolso en la silla de Jesús….todos me miraron con ojos de «enfado» y una niña, Aroa, creo que como portavoz del grupo, me dice: Elsa ¿porqué pones el bolso encima de Jesús?
¡Qué mal me sentí! Pero cuánto me alegré de que ellos sentían y sabían que su mejor amigo estaba en cada reunión con nosotros. Que fuese en Adviento me hizo pensar que la esperanza en este tiempo tan especial tiene especial protagonismo en los niños, en su limpio corazón que cree sin prejuicios y espera siempre lo mejor de sus amigos y para ello los cuidan en todo momento… incluso si su catequista les pone el bolso encima. Feliz Adviento para todos.»
Testimonio de Carlos González Carrellán, catequista en Niebla
«Se decía en el retiro de Adviento de la diócesis que hay que rescatar a los profetas. Hay una característica de los profetas que tenemos que tener en cuenta: la contemplación en nuestro equipo, estamos faltos de esa contemplación, va todo rápido, a todo inmediato, ya en navidades. Y quedan 24 días.
Los profetas contemplaban y luego hablaban del mensaje de Dios. Los catequistas no deberíamos entrar en esa dinámica de rapidez y deberíamos tener dinámica de contemplación y enseñar esa dinámica de contemplación. Si contempláramos más al mundo con los pequeños y le preguntamos lo que ven sería fácil hablarles de Dios.»
Testimonio de Angélica Guerrero Mayoral, catequista en Aljaraque
«Mi nombre es Angélica y soy catequista de la parroquia de Aljaraque y he comenzado mi adviento con el retiro diocesano que con mucho cariño hemos preparado el equipo de la delegación de laicos, en el cual se nos animó a unir nuestra esperanza con la del Antiguo Testamento que termina en la Encarnación y nacimiento del señor. Adviento es aprender a esperar el reino, buscar caminos y descubrir la presencia de Dios cada día.
Adviento es tiempo de servicio y vigilia. Ésta es la vocación del laico, convirtiéndose para todos en un signo y profecía de servicio, compromiso, cercanía y fraternidad, compartiendo su vida y misión con sus hermanos en comunidad y con estilo sinodal. Así, la esperanza del adviento se transformará en salvación.
Pero lo mejor del retiro fue el compartir con todos lo que nos decía el Espíritu Santo, después de la reflexión personal, practicando el método de la “conversación en el Espíritu” y aprendiendo a caminar en sinodalidad, buscando nuevos caminos y acciones para llevar a cabo la misión. Y aquí os dejo una foto de este maravilloso momento en el que todos los grupos aplicábamos el método de la conversación en el Espíritu.»
Testimonio de Nieves Roncero Martín, catequista en Huelva
«Este domingo comenzamos el Adviento y el viernes pasado estuvimos decorando la parroquia con las letras de ADVIENTO VEN SEÑOR. También este año hemos elaborado la ventana del material de Fano y Unai, que nos ha quedado genial e incluso cantamos la canción. Comenzamos con una monición de entrada, el encendido de la vela y con esto nos adentramos en la preciosa Eucaristía que Señor nos regaló. Al ser una misa para niños fue muy dinámica, alegre, y muy participativa. Esperamos al Señor con gran ilusión y esperanza y deseando que nazca en nuestros corazones un año más. Feliz Adviento».
Testimonio de Loli Sánchez Rodríguez, catequista en Jabugo
«Cada año, antes de Adviento, me gusta recordarles a los niños el significado de dicha época. Ahora llevo cuatro años con el mismo grupo y se lo saben muy bien, que es tiempo de espera, la dulce espera como les digo yo, porque está por venir el Mesías, el niño Dios. En cada catequesis recordamos el significado de cada vela que se irá encendiendo cada domingo en la corona de adviento.
En nuestra parroquia, el último domingo de adviento, las familias llevan al Niño Jesús de sus nacimientos, o alguna otra figura, y las bendice el párroco, a los niños les gusta mucho. Feliz adviento y muy felices navidades. Que la ilusión ante lo que está por llegar, no se pierda nunca.»
Testimonio de María Isabel Infante Grao, catequista en Lepe
«Mi testimonio de Adviento lo recojo de las palabras del Papa Francisco: «Que la Virgen María nos ayude a preparar día a día el camino del Señor, comenzando por nosotros mismos, y a sembrar a nuestro alrededor, con tenacidad y paciencia, semillas de paz, justicia y fraternidad».
Un abrazo y muchas gracias.»
Testimonio de Puri Gallardo Pachón, catequista en Burgos
«En tiempos tan difíciles surge de nuevo el Adviento para recuperar la esperanza en que la humanidad vuelva sus ojos a Dios.
¿Qué le pido a este Adviento? Pido por los catequistas, por sus familias, quiero que recuperen todos la paz, la alegría, la salud, la física y la otra, la mental.
Quiero que no les falte el trabajo, y que sea digno y estable.
Quiero que compartan mesa y palabras, y que sus parejas, hijos y familias les apoyen y arropen, es tarea difícil la misión, y a veces están solos, vacíos.
Quiero un abrazo, y una palabra y … quiero muchas cosas, pero me conformo con una, una promesa de que todo va a ir bien, de que todo irá mejor, que solo hablaremos de Amor, un Amor que envuelve y todo lo puede.
Eso es lo que pido a este Adviento.»
Testimonio de Inma Herranz Ruiz, catequista en Madrid
«Mi testimonio lo expreso con la vivencia del Evangelio, experiencia que los catequistas compartimos.
El Adviento lo vivo este año acompañando la recuperación de la salud de mi madre y, profundizando en la liturgia con una nueva invitación para estar atenta, para mi conversión, para mi acogida y para el encuentro.
Las lecturas nos hablan de esperanza, abrir nuestro corazón para recibir a Jesús, y yo abro mi corazón en estos días de espera para contemplar mi proximidad, mi experiencia concreta, mi presente, el de mi familia, el de mi comunidad parroquial, el de amigos y compañeros, y consciente de que Dios me llama, me mira y me mueve para gastar tiempo en darme al que me necesita.
Es mi Adviento misionero, lleno de la esperanza que da alegría en la enfermedad, que por el amor se transforma el egoísmo en servicio y se despierta mi atención en el pequeño detalle o gesto, en lo humilde y sencillo. En este camino hay silencio, es paciente, está acompañado e iluminado, es un camino de amor.
Con María discípula y Madre de la Esperanza, aprendo a esperar, a abrir mi corazón para acoger al Niño, que nace en cada instante que vivo y comparto, es el gran regalo que Dios me hace. Contagiar la esencia de Navidad con la belleza de su Palabra hoy es un reto; que el protagonista tenga su pesebre en nuestro corazón y, que en la experiencia no se vea algo mágico y sí se vea la esperanza, la paz y el amor en el encuentro.
Son palabras de S. Agustín las que he elegido para mi oración: Señor que “creyendo espere y esperando ame” (De catechizandis rudibus 4). ¡Feliz Adviento!.»
Testimonio de Isabel Valdayo Rodríguez, catequista en Bollullos del Condado
«Buenas noches. Mi testimonio de este Adviento es dar gracias por un año más poder vivir este tiempo de preparación para su venida. Ya estoy empezando la tercera semana de Adviento, domingo de la alegría, donde espero llegar al momento del nacimiento de nuestro Salvador.»
Testimonio de Manoli Barroso Vaz, catequista en Lepe
Testimonio de Rocío Novo Baamonde, catequista en A Coruña:
«Soy Rocío, Hija de la Natividad de María. Catequista en la parroquia de San José (A Coruña). Para mí el Adviento es un tiempo precioso en el que intento transmitir a los niños y jóvenes que Jesús quiere nacer en su vida y como nos dice el prefacio de la semana tercera de Adviento: «el mismo Señor que se nos mostrará entonces lleno de gloria viene AHORA a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos testimonio de la espera de su Reino». Esta es mi oración, saber reconocer Su venida y que pueda nacer en todos los corazones.»
Sacerdote católico y agustino (OSA). Pedagogo, Párroco, Misionero digital. Educación: Universidad Pontificia Comillas. Aljaraque (Huelva). 
