Nuestra vida, acción de gracias, don de amor y de comunión.
Catequesis (7/3/2018). El Papa explicó en la audiencia general en qué consiste la Plegaria eucarística, momento central de la celebración de la Eucaristía.
Más catequesis:
- La Eucaristía corazón de la Iglesia
- La Misa es la Oración por excelencia
- Qué es la Misa
- Catequesis sobre la Misa
- Celebración eucarística
- Introducción, el acto penitencial
- Gloria
- Liturgia de la Palabra
- Aleluya, Evangelio, Homilía
- Credo
- Liturgia Eucarística
- Plegaria Eucarística
- Rito de la Comunión: Padre nuestro, rito de la paz, Cordero de Dios, Comunión
- Ritos de conclusión.
Recordó que la Plegaria Eucarística es una oración que corresponde a “cuanto el Señor mismo realizó en la Ultima Cena, cuando instituyó el sacrificio y convite pascual, por medio del cual el sacrificio de la cruz se hace continuamente presente en la Iglesia”.
Francisco explica que en la Plegaria eucarística hay varias fórmulas: El Prefacio y la Epíclesis o invocación del Espíritu Santo.
“En esta solemne Plegaria, la Iglesia expresa lo que cumple cuando celebra la Eucaristía, es decir, que todos los fieles se unan con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio”, explicó.
Resumen de la Catequesis en español
Queridos hermanos y hermanas:
Reflexionamos hoy sobre la Plegaria eucarística, oración de acción de gracias y de consagración, que constituye el momento central de la celebración de la Misa.
En esta solemne Plegaria, la Iglesia expresa lo que cumple cuando celebra la Eucaristía, es decir, que todos los fieles se unan con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio.
En el Misal hay varias fórmulas de Plegaria eucarística, configuradas por diversos elementos característicos: El Prefacio, acción de gracias por los dones de Dios, especialmente por habernos enviado a su Hijo como Salvador, y que se concluye con la aclamación del «Santo». Sigue la Epíclesis, o invocación del Espíritu Santo, que con su acción y la eficacia de las palabras de Cristo, pronunciadas por el sacerdote, hacen realmente presente, bajo las especies del pan y del vino, su Cuerpo y su Sangre, Sacramento de nuestra fe.
Se continúa pidiendo a Dios que congregue a todos sus hijos en la perfección del amor, en comunión con toda la Iglesia. Y en la súplica se ruega por todos, vivos y difuntos, en espera de participar en la herencia eterna, junto con la Virgen y todos los santos. En esta Plegaria nadie ni nada se olvida, sino que todo viene reconducido a Dios en Cristo, como proclama la Doxología que la concluye.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica. Que el Señor nos conceda hacer de nuestra vida una «eucaristía», que sea acción de gracias, don de amor y de comunión. Muchas gracias.