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La España vaciada se manifiesta en Madrid por un futuro mejor.

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Aranda y la Ribera se hacen oír por la España vaciada.

La música segoviana recorre las calles de Madrid en la manifestación de la España vaciada.

Más de 500 personas de distintas comarcas de Burgos se manifiestan en Madrid para pedir para el entorno rural los mismos servicios que en las ciudades

La provincia de Burgos ha tenido su representación en la Revuelta de la España Vaciada. Más de medio millar de personas se desplazaron en autobuses desde sus lugares de origen para juntarse en Madrid con los que viajaron en coches particulares y los residentes en Madrid, que también muchos se sumaron a la marcha.

Las reivindicaciones que se gritaron y se pudieron leer hablaban de infraestructuras de comunicación por carretera y ferrocarril, como la autovia A11 y el tren Directo, pero también una sanidad digna y de calidad o nuevas tecnologías para facilitar la conexión a internet desde los núcleos rurales. Entre los más de 100.000 manifestantes que han llenado el centro de Madrid según la organización, la mitad según fuentes de la Policía Nacional, había representación de la Bureba, Covarrubias, Huerta de Rey, Villafruela, Vadocondes, Espinosa de Cervera, Cilleruelo de Abajo, Moradillo de Roa, Castrillo de la Vega y Aranda de Duero, entre otras localidades burgalesas.

Fuente: Diario de Burgos.

Hilo1: Sin infraestructuras y servicios no hay futuro.

Hilo 2: La principal arma contra la despoblación del mundo rural se llama actividad económica.

Testimonio de Irene Valderrama Álvarez. Hay futuro cuando hay raíces.

Sé que cada vez que hablo de Castilla y León la gente flipa, es así, pero Fuentelcésped siempre será mi lugar favorito en el mundo. La siguiente chapa que voy a escribir no quiero que se considere partidista, ni politizada… ni mucho menos. Por supuesto, que tiene que ver con la política, con implantar ideas eficaces, que se demuestre que se puede tener vida más allá de Madrid y una vida además que es una pasada… Pero para eso se tiene que llevar a cabo muchos cambios y por supuesto escuchar a la gente, entender que un mundo tan globalizado el mundo rural tiene que tener su sitio. Dentro de mi máster había una asignatura que se llamaba Derecho Local, no voy a explicar aquí en que se basaba, simplemente diré que se hablaba de pueblos y mucho.

Desde el primer día, como imaginareis, dije que venía de un pueblo de la profunda Castilla con apenas 200 habitantes censados y que los inviernos apenas los pasábamos 60 valientes. La gente se sorprende que sea de pueblo, pero no lo entiendo, soy del lugar más bonito del mundo, supongo que a todos les pasara lo mismo, con su casa.

Siempre que voy a Fuentelcésped, pienso en lo afortunada que soy, he tenido la suerte de poder merendar todas las tardes de mi vida un bocadillo de jamón hecho por mi abuelo, Juanito, que en los años buenos era hasta de matanza y el bocadillo me lo daba todas las tardes cuando baja con Celia a verle y a coger el bocadillo para el día siguiente que por supuesto siempre lo pedía de jamón, para almorzar en el instituto.
He crecido teniendo la suerte de ver a mi abuelo Juanito Valderrama todas la tardes, los sábados veíamos un rato Cine de Barrio con el gran Paco Martínez Soria y cuando era verano y se cosechaba iba a verle al campo, aunque no tenga ni la menor idea de tareas de labranza.

Durante muchos años Celia y yo hemos sido las uniquisimas, y aunque en la adolescencia y en la actualidad no me hace mucha gracia que se meta la gente en donde no les importa (sino que te lo digan a ti Celia, la de novios que te han ido a visitar mientras el EIR), sé que para mis padres ha sido una tranquilidad, que nos hayan tenido tan “controladas”. 
Y es que eso fue una suerte, tener el patio más grande del mundo, un pueblo entero para jugar, tener peña, los mil intentos de bodegas… Y, si algún día tengo hijos, se que ellos no van a tener la suerte de que sí llueve puedan andar en bici en salón de casa como yo y es que mi casa de Fuentelcésped tiene hasta un pozo en el salón y cuando llovía andábamos en bici dentro del salón grande.

No sé si mi vida algún día volverá a estar vinculada a Fuentelcésped de esa forma, ni tan si quera si tendré la oportunidad de poder desarrollar mi vida laboral en el mundo rural, porque la cosa esta jodida Lo que si que tengo claro, es que si algún día soy madre mis hijos me encantarían que veraneasen en Fuentelcésped, para que así supiera lo que es quedar a las doce en la plaza, los veranos culturales o los cines de verano con la silla plegable y con la cena con todos los amigos frente a la gran pantalla, en la plaza del pueblo (y aunque esto sea muy Almodóvar, así son los cines de verano)
Que hicieran obras de teatro como nosotros, que organizasen todas las fiestas posibles, que se disfrácense, que montasen una tienda como nosotros o que jueguen a las cartas en el bar. Y que les pregunten qué “¿De quién son?”. 
Nunca me he considerado una ciudadana de segunda, pese a ver tenido que ir al instituto en autobús (cuando nieva no se va a clase), ni porque en Fuentelcésped va el médico tres veces en semana o el pan viene todos los días en ruta ó algo tan básico como internet tardo en llegar o por un montón de carencias en servicios que existe.

Mis padres, tomaron la mejor decisión hace 24 años cuando cambiaron sus vidas, condicionando las nuestras, han hecho un esfuerzo inmenso para que no nos faltase extraescolares, inglés, campeonatos de frontón, lo petáramos en nuestros estudios, viajáramos todo lo que hemos podido (porque querer siempre se quiere viajar más), fuéramos al cine, al teatro o a la ópera y puedo garantizar que he visitado muchos más museos que los niños criados en el centro de ciudad. Coche, coche y más coche, cuadrando actividades para organizar como bajar y subir de Aranda. En mi casa el tiempo se triplica, lo garantizo.

Y os puedo garantizar, que conozco a gente de “campo”, “pueblerinos”, con más cultura que muchos directivos de multinacionales o consejeros de empresas del IBEX 35, porque a pesar de haberme criado en Fuentelcésped, la vida da muchas vueltas y se termina conociendo a muchas personas…. La biblioteca de mi casa, porque eso ha hecho vivir en una casa, tiene mucho más libros que despachos en los que he estado ó incluso bibliotecas. Por ello jamás penséis que la gente de pueblo es inculta, ruda o preparada y que no os sorprenda que haya personas como yo, que contamos en todos los sitios lo orgullosa que me siento de ser castellanaleonesa, burgalesa y sobre todo de Fuentelcésped.

Irene Valderrama Álvarez

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Sacerdote católico y agustino (OSA). Pedagogo, educador, evangelizador digital. Aljaraque (Huelva) España. Educación: Universidad Pontificia Comillas.
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