El Concilio fue la respuesta de la Iglesia a la pregunta que Jesús le hizo a Pedro. “¿Me amas?”.
Celebración por el 60 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II (1962 -11 octubre- 2022).
SANTA MISA – HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Basílica de San Pedro – Martes, 11 de octubre de 2022 – Memoria de san Juan XXIII, papa.
«¿Me amas?». Es la primera frase que Jesús dirige a Pedro en el Evangelio que hemos escuchado (Jn 21,15). La última, en cambio, es: «Apacienta mis ovejas» (v. 17). En el aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II sentimos que el Señor nos dirige estas palabras también a nosotros, a nosotros como Iglesia: ¿Me amas? Apacienta mis ovejas.
Te damos gracias, Señor, por el don del Concilio. Tú que nos amas, líbranos de la presunción de la autosuficiencia y del espíritu de la crítica mundana. Líbranos de la autoexclusión de la unidad. Tú, que nos apacientas con ternura, condúcenos fuera de los recintos de la autorreferencialidad. Tú, que nos quieres una grey unida, líbranos del engaño diabólico de las polarizaciones, de los “ismos”. Y nosotros, tu Iglesia, con Pedro y como Pedro te decimos: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amamos” (cf. Jn 21,17).
La celebración por los 60 años del inicio del Concilio Vaticano II comenzó así: con dos laicos leyendo algunos pasajes de sus principales documentos.
Recordaron el tono optimista que imprimió Juan XXIII en su discurso de apertura. El pontífice pidió no desanimarse ante quienes aseguraban que la Iglesia estaba peor que nunca sin recordar los problemas que rodeaban a otros concilios del pasado.
A Nosotros nos parece que hay que rechazar con decisión a estos profetas de desventura, que anuncian siempre el peor de los males, como si estuviera llegando el fin del mundo.
Los restos de Juan XXIII, que inició el Concilio y guió sus primeros pasos, se cambiaron de sitio. Pasaron del altar lateral en el que suelen estar a la nave central para que los asistentes pudieran verlo.
Luego, esta procesión recorrió la basílica en recuerdo de la misma que hace 60 años supuso la apertura del Concilio. Entre ellos había algunos que habían estado presentes por aquel entonces.
En su homilía, el Papa explicó por qué el Concilio fue la respuesta de la Iglesia a la pregunta que Jesús le hizo a Pedro. “¿Me amas?”. Francisco dijo que la relación de la Iglesia con Dios debe ser de amor y que no hay espacio para otros sentimientos.
FRANCISCO
Ya sea el progresismo que se acomoda al mundo, o el tradicionalismo o el “volver atrás” que añora un mundo pasado… No son pruebas de amor sino de infidelidad.
Francisco dijo que es necesario redescubrir el Concilio, donde se hizo un esfuerzo para que la Iglesia y los cristianos juzgaran menos y fueran más pastores y servidores.
FRANCISCO
Cuántas veces se prefirió ser “partidarios del propio grupo” en vez de servir a todos: progresistas y conservadores en lugar de hermanos y hermanas, de derechas o izquierdas en vez que de Jesús, erigirse como “custodios de la verdad” o “solistas de la novedad” en lugar de reconocerse como hijos humildes y agradecidos de la Santa Madre Iglesia.
Francisco pidió que los cristianos evitaran cualquier tipo de polarización. Dijo que eso supondría renegar de sí mismos y olvidar el amor por el que la Iglesia fue creada por Dios.
Fuente: romereports.com
Papa Francisco: Redescubrir el Concilio para volver a lo esencial y superar divisiones.
El Papa Francisco presidió este martes 11 de octubre una Misa en la Basílica de San Pedro con motivo del 60 aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, donde aseguró que “ni el progresismo que se adapta al mundo, ni el tradicionalismo que añora un mundo pasado son pruebas de amor, sino de infidelidad”.
Antes de que comenzara la Celebración Eucarística a las 17:00 p.m. (hora local), se leyó ante los fieles presentes algunos de los textos del Concilio. Además, el cuerpo de San Juan XXIII se veneró junto al Altar de la Confesión de la Basílica.
El Santo Padre llegó hasta el altar minutos antes de que diera comienzo la Misa y más tarde los sacerdotes y obispos entraron en procesión solemne para conmemorar la misma procesión que abrió el Concilio aquel 11 de octubre de 60 años atrás.
En su homilía, el Papa Francisco recordó que “la Iglesia, por primera vez en la historia, dedicó un Concilio a interrogarse sobre sí misma, a reflexionar sobre su propia naturaleza y su propia misión. Y se redescubrió como misterio de gracia generado por el amor, se redescubrió como Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, templo vivo del Espíritu Santo”.
“Preguntémonos si en la Iglesia partimos de Dios, de su mirada enamorada sobre nosotros. Siempre existe la tentación de partir más bien del yo que de Dios, de anteponer nuestras agendas al Evangelio, de dejarnos transportar por el viento de la mundanidad para seguir las modas del tiempo o de rechazar el tiempo que nos da la Providencia de volver atrás”, advirtió el Santo Padre.
Ante esto, defendió que “ni el progresismo que se adapta al mundo, ni el tradicionalismo que añora un mundo pasado son pruebas de amor, sino de infidelidad”.
“Son egoísmos pelagianos, que anteponen los propios gustos y los propios planes al amor que agrada a Dios, ese amor sencillo, humilde y fiel que Jesús pidió a Pedro”, explicó.
Una Iglesia alegre
El Papa Francisco invitó también a reencontrarnos y a renovar la pasión del Concilio, y a trabajar por una Iglesia en la que viva la alegría.
“Si no se alegra se contradice a sí misma, porque olvida el amor que la ha creado. Y, sin embargo, ¿cuántos entre nosotros no logran vivir la fe con alegría, sin murmurar y sin criticar? Una Iglesia enamorada de Jesús no tiene tiempo para conflictos, venenos y polémicas”, aseguró.
“Volvamos al Concilio”
En esta línea, el Papa defendió que el Concilio nos enseñó a estar “en el mundo con los demás y sin sentirnos jamás por encima de los demás, como servidores del Reino de Dios”.
“Qué actual es el Concilio, nos ayuda a rechazar la tentación de encerrarnos en los recintos de nuestras comodidades y convicciones, para imitar el estilo de Dios”, aseguró.
Más tarde, el Papa Francisco pidió que “volvamos al Concilio, que ha redescubierto el río vivo de la Tradición sin estancarse en las tradiciones; que ha reencontrado la fuente del amor no para quedarse en el monte, sino para que la Iglesia baje al valle y sea canal de misericordia para todos. Volvamos al Concilio para salir de nosotros mismos y superar la tentación de la autorreferencialidad”.
El engaño diabólico de la polarización
Lamentó también las veces en las que se prefirió ser “hinchas del propio grupo” más que “servidores de todos, progresistas y conservadores antes que hermanos y hermanas, ‘de derecha’ o ‘de izquierda’ más que de Jesús; erigirse como ‘custodios de la verdad’ o ‘solistas de la novedad’, en vez de reconocerse hijos humildes y agradecidos de la santa Madre Iglesia”.
“Superemos las polarizaciones y defendamos la comunión, convirtámonos cada vez más en ‘una uno solo’, como Jesús suplicó antes de dar la vida por nosotros (cf. Jn 17,21)”, pidió el Pontífice.
“Líbranos del engaño diabólico de las polarizaciones. Y nosotros, tu Iglesia, con Pedro y como Pedro te decimos: ‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amamos’”, concluyó el Papa.
Fuente: aciprensa.com
Celebración, 60 aniversario del Concilio Ecuménico Vaticano II, 11 de octubre de 2022. Papa Francisco.
Basílica de San Pedro: Lectura de fragmentos del Discurso Gaudet Mater Ecclesia y de las cuatro Constituciones Conciliares. Seguido de la Santa Misa presidida por el Papa Francisco.