Pascua Dominical. Eucaristía en Casa y en Parroquia.
El cielo y la tierra pasarán
Mc 13, 24-32. Se acerca el final del año litúrgico y se nota. Casi nos provoca un poco de pánico el evangelista: “Después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará resplandor…”. Nuestro querido Patxi Fano en el dibujo se ha centrado en la cita evangélica: “El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán…”. Todo pasará. Nuestra guía, orientación, nuestro alimento, nuestro sentido lo encontramos en la Palabra de Jesús. No busquemos en otro lugar más que en el centro de su mensaje que nos revela su propio corazón.
Jesús llega continuamente a nuestro entorno cotidiano. Sus señales nos las marca el Evangelio. ¡Atentos al panel de las citas evangélicas que nos muestran cada día la llegada del Señor! La lectura de la Palabra es la mejor indicación que podemos seguir a la hora de esperar al que todo lo va a revolucionar.
Jesús viene a nuestra vida. No desaprovechemos la gracia de encontrarnos directamente con el Salvador. No importa que hayan pasado cielo y tierra, que estén de viaje. Con Jesús tenemos asegurado el encuentro diario, el encuentro con su Amor.
Dibu: Patxi Fano. Texto: Fernando Cordero ss.cc.
Aliento desde lo profundo – 33º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo B
Mc 13,24-32. Es difícil sustraerse al horror provocado por la DANA a su paso por la costa levantina. Las imágenes dantescas inundan los informativos. Golpean nuestro corazón los desgarradores testimonios de las personas que buscan desaparecidos o han perdido familiares o amigos. Son momentos de lucha por la supervivencia, de consuelo, de búsqueda de sentido por la vida. Son estas realidades “apocalípticas” las que nos llaman a tomar conciencia y a comprometernos con otras formas de vida, de relación y organización de “la casa común”, de la que habla Francisco, superando el individualismo y la explotación de la naturaleza. Son muchas las personas y los colectivos que nos recuerdan que es posible vivir haciendo posible un futuro mas humano, al modo de Jesús, colocando en el centro a las personas, a la creación y comprometiéndonos en su cuidado. Es tiempo de “un cambio de rumbo que nos ayude a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo” (LS 163)
Fuente: Editorial Verbo Divino (EVD).
VIII Jornada Mundial de los Pobres 2024. La oración del pobre sube hasta Dios.