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«Amémoslos y protejámoslos». 3 de febrero de 2025.

Rania de Jordania, Mario Draghi… estos son algunos de los participantes en la Cumbre Mundial sobre los Derechos de los Niños organizada en el Vaticano para el 3 de febrero. Preparación para el II Día Mundial de los Niños para septiembre de 2026.

Cumbre Internacional sobre los Derechos de los Niños, 3 de febrero de 2025.

El Papa: Nada vale más que la vida de un niño

Escuchemos a los niños y sus «no» al hambre y la violencia

Ayer por la tarde tuvo lugar la velada inaugural de la Cumbre sobre los derechos de los niños que se celebra este lunes en la Ciudad del Vaticano. El secretario de Estado dio la bienvenida a los líderes internacionales reunidos en Roma con motivo de este acontecimiento: «Las guerras y las migraciones causan miles de víctimas indefensas. Amar y proteger a los niños es un imperativo categórico que debería reunir un consenso unánime».

Desde los dirigentes de la política, la economía, la cultura, hasta la gente sencilla, en el corazón y en la cabeza de todos que resuene el «no» de los niños al hambre, a la guerra, a la violencia, a la desigualdad y a la devastación de la Creación. Con esta invitación coral, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin acogió, ayer por la tarde en los Museos Vaticanos, a los participantes en la Cumbre internacional sobre los Derechos de los niños titulada «Amémoslos y protejámoslos», que comenzó esta mañana ante la presencia del Papa Francisco quien dirigió un importante discurso.

Premios Nobel, profesores, escritores, economistas, personalidades religiosas y políticas junto a responsables de organizaciones internacionales se dieron cita en la Sala Rafael de los Museos Vaticanos para la velada inaugural del evento promovido por el Pontificio Comité para la Jornada Mundial de la Infancia, organismo creado por el Papa Francisco el 20 de noviembre del 2011 coincidiendo con el anuncio de la Cumbre.

Amar y proteger a los niños, imperativo categórico

Una jornada que Parolin describió como de «reflexión» y «escucha recíproca». Dividida en dos sesiones, contó, además del saludo de apertura y el discurso de clausura del Santo Padre, con siete paneles en los que intervinieron unos cincuenta invitados de alto nivel.

En particular, el cardenal se detuvo en el tema elegido por el Pontífice para el gran evento: «Amémoslos y protejámoslos». Dos acciones, «amar y proteger» a los niños, que – subrayó el secretario de Estado – representan «un imperativo categórico que debe recoger un consenso unánime con un consiguiente compromiso coral y activo».

Las pequeñas víctimas de guerras y migraciones

Es la propia historia la que enseña que «los niños y las niñas han representado uno de los componentes más débiles de la humanidad». La época actual, tan fuertemente caracterizada por los medios de comunicación, muestra, en cambio, una realidad carente de amor y protección hacia los más pequeños, haciéndonos «partícipes de las guerras que implican a miles y miles de víctimas pequeñas e indefensas, así como de las tragedias que tienen lugar en nuestros mares con los emigrantes, entre los cuales hay no pocos niños», dijo el purpurado.

«Preciosa» la presencia de representantes del mundo judío y musulmán

A continuación, recordó el Evangelio en el que Jesús es el primero en pedir a los discípulos que «mantengan pura la mirada de los niños» y en advertirles que «no los escandalicen». La Iglesia mantiene este compromiso en la defensa y protección de los derechos de los niños «a pesar de las carencias y fragilidad de algunos de sus miembros», dijo también el cardenal.

En esta labor, añadió, la Iglesia siempre está dispuesta a «acoger y atesorar» las «sugerencias» e «inspiraciones» que provengan de expertos en ciencias sociales, psicológicas y pedagógicas, de organismos internacionales y de profesionales en la materia, así como de la «experiencia» de otras confesiones religiosas.

En este sentido, para el cardenal Parolin, la presencia en la Cumbre de exponentes del mundo judío y musulmán es «más preciosa que nunca». Entre ellos, el rabino David Rosen y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayeb.

El derecho a jugar en paz y libertad

La exhortación del secretario de Estado, de cara a la segunda Jornada Mundial de la Infancia convocada para septiembre del 2026 – tras la primera, en Roma, en mayo del 2024 – fue, por tanto, a «escuchar las voces de los niños: su “no” al hambre, las desigualdades, la violencia, las guerras y la devastación de la Creación».

Se trata de prestar especial atención al derecho de los niños a acceder a los recursos, la educación, la alimentación, la atención sanitaria, la familia e incluso el tiempo libre. Esto «es hermoso y significativo porque todos los niños tienen derecho a poder jugar en paz y libertad», señaló el cardenal Parolin.

Acoger, amar y proteger a los niños

El programa es amplio, pero lo importante «es comenzar e iniciar procesos que puedan dar resultados positivos y tangibles», concluyó el cardenal secretario de Estado de Su Santidad, animando a embarcarse con confianza en este camino que tiene un único objetivo: que «los niños sean cada vez más acogidos, amados y protegidos».

Fuente: vaticannews.va – Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano.

Cumbre de la Infancia: Derecho al juego, sanar las heridas de la guerra.

La protección de los más jóvenes frente a los conflictos, el trabajo infantil y la devastación ecológica estuvieron en el centro de los paneles vespertinos durante el evento en el Palacio Apostólico Vaticano.

El derecho al tiempo libre, un espacio de reflexión y creatividad opuesto a la «cultura de la prisa» imperante, que etiqueta a los niños como «objetos» bajo presión para satisfacer «necesidades y expectativas» que deben limitarse al mundo de los adultos. El derecho a no ser víctima del trabajo infantil, una lacra que afecta a más de 160 millones de jóvenes y que se extiende también a los espacios en línea, para los que las «palabras amables» ya no son «suficientes». El derecho -el derecho «fundamental»- a la paz, protegido de las consecuencias devastadoras del cambio climático, que recae precisamente sobre los más pequeños y «vulnerables». Bajo estos deseos se desarrollaron los paneles de la tarde de la Cumbre Internacional sobre los Derechos de los Niños titulada «Amémoslos y Protejámoslos», que se celebró durante todo este lunes 3 de febrero de 2025 en el Palacio Apostólico Vaticano. Los trabajos del evento organizado por el Comité Pontificio para la Jornada Mundial del Niño se reanudaron tras una primera serie matinal de paneles de debate precedidos por las palabras del Papa Francisco.

El derecho del niño al tiempo libre

La dimensión de la despreocupación y del juego, que, como dijo Francisco, hace crecer a los más pequeños «en la creatividad y en el trabajo en común», estuvo en el centro del panel sobre el derecho de los niños al tiempo libre. Un don «preciosísimo», como lo definió el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro, capaz de fomentar en los más pequeños la «conciencia de su dignidad», siendo considerados «por sí mismos y no como objetos que deben satisfacer necesidades y expectativas, o productos del moderno sistema económico utilitario». 

Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, mencionó dos iniciativas promovidas por el organismo que orientan el deporte como «fuerza del bien» para los más jóvenes. Se trata del Programa de Educación en Valores Olímpicos, que integra actividades atléticas en los programas escolares de 60 millones de niños en más de 60 países, y la Fundación Refugio Olímpico, que lleva el deporte a los campos de refugiados de todo el mundo, beneficiando a unos 800.000 jóvenes.

El derecho del niño a vivir libre de trabajo infantil y explotación

El segundo panel de la tarde se centró en el derecho de los niños a vivir libres del trabajo infantil. Una lacra con la que la humanidad sigue estando llamada a contar, como denunció el Papa, en el siglo que al mismo tiempo «genera inteligencia artificial y proyecta existencias multiplanetarias». Un concepto relanzado por el cardenal Fabio Baggio, Director General del Centro de Enseñanza Superior Laudato si’, que introdujo las intervenciones. Philippe Vanhuynegem, jefe de la sección de Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo del Departamento de Gobernanza y Tripartismo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pasó a la actualidad, compartiendo el testimonio de Jean-François, un niño congoleño de 15 años obligado a extraer cobalto de las minas de su país. En la actualidad, el trabajo infantil afecta a unos 160 millones de niños. 

Proteger a los niños de los conflictos armados y la devastación ecológica

«¿Qué tienen que ver los niños, las familias, con la guerra? Ellos son las primeras víctimas» fue la pregunta, en forma de denuncia, relacionada con el panel dedicado a la protección de los más pequeños frente a los conflictos y los daños causados por el cambio climático. En la apertura, el cardenal Ángel Fernández Artime, pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, ofreció una cifra: hay 300.000 niños implicados en grupos y fuerzas armadas. Un «grito que se eleva a Dios acusa a los adultos que ponen armas en sus pequeñas manos», dijo el cardenal. 

Ahmed Naser Al-Raisi, presidente de Interpol, recordó el compromiso de la agencia internacional en la lucha contra los delitos contra los niños y señaló que la reunión en el Vaticano era una oportunidad para recordar que «todo niño, independientemente de su origen, merece crecer en un entorno en el que sea amado, protegido y tenga la oportunidad de prosperar».

speranzas para Tierra Santa

«La paz es el principal derecho de los niños, tienen derecho a conocer el bien». Este es el sentido llamamiento del padre Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa. Una tierra tan «bendita» como «martirizada», donde los jóvenes palestinos e israelíes se enfrentan a un profundo sufrimiento, tanto físico como espiritual. Falta de todo: comida, cuidados, educación. «Los pequeños de Tierra Santa no ven su futuro y pierden la esperanza», subraya el padre Faltas. 

Fuente: vaticannews.va – Edoardo Giribaldi e Isabella H. de Carvalho 

El Papa denuncia la «práctica asesina del aborto», en la Cumbre Mundial de los Derechos de los Niños.

Señaló que la infancia se ha convertido en «periferia de la existencia».

Francisco, en la Cumbre sobre la Infancia: «Nada vale la vida de un niño. Matar a los pequeños significa negar el futuro».

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