San Agustín y san Pablo VI, el Papa del diálogo con su Encíclica Ecclesiam suam (1964), son los inspiradores.
Claves: ¿Quién fue Pablo VI?
Conferencia del Dr. Juan María Laboa Gallego, historiador. Simposio homenaje a Pablo VI.14-15 octubre 2016.
Catequesis como «laboratorio» de diálogo
«Laboratorio» de diálogo con Madres y Padres de Catequesis en Familia (EMyPCF), es una experiencia educativa y catequética con ocasión de la Iniciación Cristiana de Niños (ICN). Su Anuncio de Nacimiento tuvo lugar en la «Eucaristía 25 Aniversario» de la Parroquia de Nuestra Señora de Bellavista (Aljaraque, Huelva), el 13 de noviembre de 2022, 1.688 aniversario de nacimiento de san Agustín (13 noviembre 354), uno de sus inspiradores junto con San Pablo VI. Sus primeros pasos comenzarán en la segunda quincena de noviembre de 2022.
El nuevo Directorio para la catequesis (2020) presenta esta orientación con estas palabras:
«En este sentido, la catequesis eclesial es un «laboratorio» de diálogo auténtico, porque, en lo profundo de cada persona, se encuentra con la vitalidad y la complejidad, los deseos y las búsquedas, los límites y a veces incluso los errores de la sociedad y las culturas del mundo contemporáneo. Para la catequesis, «se trata, entonces, de mantener un diálogo pastoral sin relativismos, que no negocia la propia identidad cristiana, sino que quiere alcanzar el corazón del otro, de los demás distintos a nosotros, y allí sembrar el Evangelio»» (Papa Francisco, Discurso del 27-XII-2014) (DC 54).
San Pablo VI, el Papa del diálogo, inspirador con san Agustín
La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio.
San Pablo VI, Ecclesiam suam, 34.
«Desde el Cielo nos tiene que ayudar a ir creando la Iglesia del Vaticano II. Una Iglesia humilde, fraternal, servidora del mundo en el nombre de Jesús. Una Iglesia que no condena a nadie, sino que se acerca a todos, que habla con todos, que pregunta y responde, que aclara, que invita y propone, una Iglesia maternal que nos ayuda a todos a encontrar en la vida los caminos de Dios y de la verdadera humanidad.» (Cardenal Fernando Sebastián, Pablo VI, «el primer Papa moderno».).
La civilización del amor no es un sueño. «¿Soñamos quizás cuando hablamos de civilización del amor? No, no soñamos. Los ideales, si son auténticos, si son humanos, no son sueños: son deberes. Para nosotros cristianos, especialmente. Al contrario, se hacen aún más urgentes y fascinantes, cuanto más los ruidos de temporal interrumpen los horizontes de nuestra historia. Y son energías, son esperanzas» (Pablo VI. Audiencia General, 31 diciembre 1975).
«Nuestro objetivo es construir una «civilización del amor«; pero acordaos bien de que nada puede construir un mundo de amor sino el amor mismo, el cual es a la vez el fin y el medio y, por consiguiente, la sustancia única del vivir humano a escala cristiana» (Pablo VI, Discurso a los jóvenes de Acción Católica Juvenil Italiana, 20 mayo 1978).
San Agustín, patrono de ‘los que buscan el Amor’ y escritor de diálogos
‘El amor lo es todo’. El amor perdura en la adversidad. Nos da prudencia en la prosperidad. Es fuerte ante el sufrimiento. Se regocija de las buenas obras. Esta libre de tentación. Es generoso en hospitalidad. Alegre entre los amigos. Paciente con los descreídos. Es el espíritu de los libros sagrados. La virtud de la profecía. La salvación de todos los misterios. Es la fuerza del conocimiento. La bondad de la Fe. Es riqueza para los pobres. VIDA para los moribundos. «EL AMOR LO ES TODO» (San Agustín).
«Después de su tormentoso itinerario, siempre en búsqueda, investigación y profundización de la verdad, de haber pasado por los puertos de los maniqueos, de los académicos, de los neoplatónicos y finalmente de su conversión en el 386, Agustín, con un grupo de amigos y familiares, se retira a Casiciaco, cerca de Milán, a dedicarse a la contemplación y al ocio, para prepararse al bautismo, que recibe en el 387 de manos de Ambrosio, obispo de Milán. Allí en Casiciaco escribe cuatro diálogos fundamentales en su producción intelectual: La vida feliz, Contra académicos, El orden y Los soliloquios. Su forma literaria es el diálogo, es decir, la palabra dialogada en donde los interlocutores ponen al descubierto sus tesis y concepciones» (Gonzalo Soto Posada, San Agustín y la filosofía en los diálogos de Casiciaco).
José Luis Miguel González, OSA – Párroco de Nuestra Señora de Bellavista, Aljaraque (Huelva)
Más info
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