Pascua Dominical. Eucaristía en Casa y en Parroquia.
Adviento, conversión y alegría
Lc 3, 10-18. Juan el Bautista, primo de Jesús, se sube al autobús del Adviento. Con él llega el tiempo de conversión, de la vida austera y del compartir. De buscar solamente el Reino. Nos orienta con su palabra y con su vida. Sabe cuál es su lugar, se siente instrumento y su palabra tiene tal fuerza que resuena por doquier. Tiene autoridad, porque se siente enviado y está al servicio del Mesías.
Interesante figura la de Juan, en un mundo de focos, brillos y selfies. En el tercer domingo del Adviento, el de la alegría, quizá podamos preguntarnos cuál es la fuente de nuestra alegría, donde radica la verdadera felicidad, qué nos hace mantenernos en pie y con garbo en el día a día.
Dibu: Patxi Fano. Texto: Fernando Cordero ss.cc.
Pequeñas acciones – 3º Domingo de Adviento, Ciclo C
Lc 3,10-18. En el evangelio de hoy se acercan diferentes personas a Juan y le preguntan qué deben hacer. Esta pregunta quizá nos la hagamos muchos cristianos también en el día a día. Y, al igual que las recomendaciones de Juan, no hacen falta grandes gestos ni heroísmos, para construir un mundo mejor entre todos, basta con realizar pequeñas acciones que mejoren poco a poco nuestro entorno. Saludar a las personas que nos encontramos con amabilidad y una sonrisa, ayudar o escuchar a alguien que sabemos que lo necesita o cuidar de las personas e incluso del planeta, son pequeños gestos que pueden marcar la diferencia en estas fechas, y no tanto los regalos, las luces y los adornos navideños. Que los símbolos de esta Navidad sean el amor, la entrega y el cariño que damos a las personas.
Fuente: Editorial Verbo Divino (EVD).
ALEGRÍA EN LA ESPERA, Domingo 3 de Adviento, ciclo C
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