Vive la Pascua Dominical en la Eucaristía Parroquial.
Lo poco con Amor es mucho.
La mente de Dios es revolucionaria. ¿Qué es lo que salva, lo que remueve, lo que sana, lo que cambia la lógica de todo? La ternura, la entrañable misericordia de Dios, revestido de viuda, necesitada, pobre que se da a sí misma. Da la ofrenda de su Amor, de todo lo que tiene. Como bien dice Fano, “lo poco y pequeño con mucho Amor es muchísimo”.
El tejido escondido de la ternura, en la viuda del Evangelio, salva el mundo. Tantos gestos de personas anónimas que se dan a sí mismas, a fondo perdido, por los demás, sostienen a una humanidad que necesita de esta entrañable ternura.
Dios salva el mundo a través de los más pequeños. La ternura de Dios se despliega por los más sencillos, los que no cuentan. Y, sin embargo, son ellos los que nos muestran el camino para dar la vida hasta el final, dándonos, con la moneda de nuestro amor, como Jesús nos enseñó.
Fuente: Revista 21. Dibujo: Patxi Velasco FANO – Texto: Fernando Cordero, ss.cc.
Ellas. 32º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo B.
Una de las aportaciones más valiosas de la fe cristiana a los hombres y mujeres actuales es, quizás, el ayudarles a vivir con un sentido más humano en medio de una sociedad enferma de neurosis de posesión. Por eso cobra especial relieve la invitación de este evangelio a valorar a las personas desde su capacidad de servicio y solidaridad. Jesús sabía bien que la escasa limosna de aquella mujer tenía un valor extraordinario. El elogio que Jesús hace de ella se puede hacer extensivo a tantas mujeres de hoy, y de todos los tiempos, que calladamente lo dan todo por los demás. Se merecen la máxima admiración y gratitud.